En estas semanas, la reina por excelencia de nuestra caza menor, la perdiz roja, se encuentra en pleno periodo de reproducción. Se trata de un momento delicado que preocupa a los cazadores, que ha visto cómo en los últimos años sus poblaciones han mermado debido a factores como la agricultura intensiva, el uso de fitosanitarios y la amplia presencia de depredadores. Y las siguientes imágenes ponen precisamente de manifiesto ese ‘acoso’ al que está sometida la población de patirroja en nuestro país.

Éstas muestran a múltiples depredadores acechando un nido de tan sólo nueve huevos de esta especie -lo normal es que tengan unos 15, pero la sequía también ha afectado a ese aspecto-. Han sido tomadas por el guarda rural del Ayuntamiento de la localidad ciudadrealeña de Calzada de Calatrava, José Antonio Ruiz Martín, que tiene a su cargo unas 42.000 hectáreas y varios cotos de caza.

La más llamativa, sin duda, es la de una urraca y un zorro que acechan al mismo tiempo a este nido, el cual es defendido con gallardía por un macho de perdiz. «Lo que más impacta es que el macho de perdiz hizo que se sentara el zorro y no siguiese adelante; se puso de esa forma ya que estaba viendo que peligraba su nido». Y reflexiona exponiendo que cada vez «hay más depredadores y menos presas».

No olvidemos que el macho demuestra, tal y como hemos narrado en otras ocasiones en este medio, un alto nivel de protección del nido, al que incluso incuba, algo que contribuye a mejorar la productividad de una pareja.

Por otro lado, José Antonio pone en valor que «la perdiz que consiga llevar adelante la pollada para cuando se abra la veda, sin duda se merece una medalla debido a la alta cantidad de depredadores. En este coto se hacen controles de depredadores, pero se deberían hacer más y más intensificados por parte de los cazadores. Observo muchos depredadores y en esta zona especialmente está habiendo bastantes ataques de meloncillos, incluso a particulares con sus gallinas».

Los depredadores que José Antonio Ruiz ha filmado acechando el nido

El lagarto acecha el nido. © J. A. R.

José Antonio Ruiz explica a esta redacción que «llevaba días pendiente de ese nido tras descubrirlo» y desde entonces está viendo «una amplia cantidad de animales que se acercan a él: además del zorro y la urraca que iban juntos, vi a un lagarto», expone Ruiz. Y es que hay que tener en cuenta que éstos, junto al jabalí -especialmente este último como ya demostró un estudio científico– son algunos de los principales depredadores de estos nidos.

«Llevo una buena cámara fotográfica por mi trabajo y por eso capté esa escena. Me llamó la atención la imagen del macho en medio del zorro y de la urraca defendiendo el nido. Hay pocas probabilidades de que éste salga adelante, ya que además de los depredadores mencionados hay que contar con las águilas, culebras, gatos asilvestrados, urracas, meloncillos…», relata el guarda. Y recuerda cómo «el macho de perdiz se envalentonó, algo que me llamó la atención mucho».

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El desplazamiento de la población de perdiz a lugares más urbanizados al huir de la agricultura

Por otro lado, el guarda analiza el hecho de que este año muchos agricultores estén apostando por la cosecha en verde debido a la sequía que hay, algo que va en detrimento del buen crecimiento de los nidos de perdiz: «Eso merma y desplaza la población de perdiz a otros lugares», explica Ruiz.

Y va más allá en su análisis: «He detectado que muchos de los nidos están cerca de los caminos y pegados a chalets y majadas; es curioso cómo se han ido alejando de la agricultura intensiva, por lo que deduzco que se empiezan a ir. Además, llama la atención que la cantidad de huevos no es muy alta, que pueden llegar hasta los 15; en este caso son solamente 9 huevos, lo que hace que no sea una puesta excesiva, en lo que la seca climatología también puede afectar», como ya hemos mencionado previamente. «Los nidos, cada vez, los hacen más cerca del hombre: en cunetas, cerca de construcciones», añade en este sentido el guarda rural.

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Otro problema cada vez más acuciante: el del meloncillo

Meloncillo.
Meloncillo. ©Shutterstock

Por último, el guarda rural lamenta la problemática cada vez más acuciante del meloncillo en esta zona de la provincia de Ciudad Real, donde cuya presencia es cada vez mayor y que va también en detrimento de la población de perdiz. Y no sólo perdices: «En un mes, este depredador ha acabado con hasta 160 gallinas en este pueblo» tras acceder a fincas particulares y entrar en los gallineros.

A este respecto, señala en cuanto a otras especies que la liebre se mantiene en la zona «porque se puede escapar de los depredadores», mientras que el conejo va a menos: «Se están trasladando a otros lugares, ya que los desplaza el meloncillo, una especie que cada vez va a más y que no es abatible en esta región», concluye.