Tras analizar 20 años de datos sobre gripe aviar en felinos, científicos de la Universidad de Maryland han detectado un incremento alarmante de infecciones en gatos domésticos, especialmente desde la aparición de una nueva cepa del virus H5N1. Este fenómeno ha generado una seria preocupación entre los investigadores por su posible propagación zoonósica a humanos, y piden una vigilancia urgente de los gatos que conviven con personas.

El estudio, publicado esta semana, es una revisión global que recopila casos documentados entre 2004 y 2024. En él se detallan más de 600 infecciones por el virus de la influenza aviar (VIA) en doce especies felinas, con una mortalidad del 50% en los casos analizados. La mayoría de estas infecciones se produjeron en gatos domésticos, lo que convierte a estos animales en una posible vía de entrada del virus en los hogares.

Gatos contagiados sin contacto con aves

La aparición del clado H5N1 2.3.4.4b ha marcado un antes y un después. Este linaje ha coincidido con un aumento notable de casos en felinos, detectados incluso en gatos sin acceso al exterior. Dos gatos domésticos en Colorado, por ejemplo, contrajeron la gripe aviar sin haber tenido contacto con animales infectados, lo que ha generado inquietud sobre posibles vías de transmisión hasta ahora desconocidas.

Según los investigadores, muchas de las infecciones se han producido por el consumo de aves muertas, alimento crudo contaminado o contacto directo con animales infectados. Sin embargo, estos nuevos casos refuerzan la hipótesis de que podría haber otras formas de contagio aún por identificar, como la transmisión aérea o por fómites, que complicarían su control.

Alta mortalidad y síntomas severos

gatos callejeros
Gatos callejeros en una foto de archivo. © Shutterstock

El 92% de las infecciones en gatos fueron causadas por virus de alta patogenicidad (IAAP), y casi todos los casos con resultado mortal correspondieron al clado H5N1. Dentro de este grupo, el subtipo 2.3.4.4b presentó una letalidad del 89,6% en gatos domésticos. Entre los síntomas registrados destacan graves afecciones respiratorias y neurológicas, además de ceguera y daños oculares en algunos casos.

Dos gatos enfermaron tras ingerir leche cruda con alta carga viral procedente de vacas infectadas, lo que refuerza la tesis de nuevas rutas de infección, incluso en animales no carnívoros. Esta observación, señalan los autores, pone de manifiesto que tanto la dosis como la vía de exposición podrían condicionar la gravedad del cuadro clínico.

Riesgo real de contagio a humanos

Hasta la fecha, no se ha confirmado la transmisión directa entre humanos, pero el virus ha evolucionado. Se han documentado infecciones entre aves, gatos, vacas e incluso contagios felino-humano. «El virus ha evolucionado, y la forma en que se transmite entre especies —de aves a gatos, y ahora entre vacas y gatos, y entre gatos y humanos— es muy preocupante», ha declarado Kristen Coleman, autora principal del estudio.

Desde abril de 2022, en EE. UU. se han registrado 66 infecciones humanas y una muerte por gripe aviar. La mitad de los contagios humanos a nivel mundial han tenido desenlace fatal. Los expertos advierten de que la llegada del verano podría facilitar nuevos brotes tanto en granjas como en fauna silvestre, lo que eleva aún más la urgencia de establecer medidas de vigilancia eficaces.

Llamado a la vigilancia en gatos de granja

«Estimamos que este fenómeno está subregistrado en la literatura científica y argumentamos que se necesita urgentemente una mayor vigilancia en gatos domésticos», han advertido los autores del estudio. Actualmente, los gatos no son monitoreados de forma sistemática frente al VIA, y cuando se detectan infecciones suele ser de forma tardía, tras la muerte del animal.

Los investigadores insisten en que veterinarios, granjeros y cuidadores de animales deben estar alerta. «Los dueños de gatos de granja y deambulantes, veterinarios, cuidadores de zoológicos y voluntarios de refugios de animales podrían tener un mayor riesgo de infección por VIA durante las epizootias en aves y mamíferos», concluyen. La amenaza de que el virus se instale en refugios de animales, como ocurrió en Nueva York en 2016, sería especialmente difícil de contener.

Sobre el autor