El partido de Pedro Sánchez evita hablar de la actividad, incorpora las demandas de ecofiscalidad de los grupos ecologistas –recordemos que pedían impuestos a la caza– y anuncia una nueva Ley de Bienestar Animal.
27/3/2019 | Israel Hernández
De poco ha servido que Guillermo Fernández Vara inaugurase la feria de la caza de Madrid pocas horas después de aprobar una Ley de Caza en Extremadura –quizá la mejor– con importantes mejoras para el sector. Tampoco ha influido mucho que Emiliano García-Page haya adelantado un ambicioso paquete de medidas inédito hasta la fecha para incentivar la caza social en Castilla-La Mancha. Ni el compromiso que Susana Díaz adquirió en Andalucía con la FAC, o las muestras de apoyo que desde Castilla y León o Aragón se han lanzado en apoyo de la actividad cinegética, uno de los principales motores de desarrollo rural. Ferraz ha ido a lo suyo y ha elaborado un programa político que margina a los cazadores y abre la puerta a las reivindicaciones anticaza de grupos ecologistas y animalistas. La distancia existente entre los dirigentes socialistas de Madrid, más preocupados por seducir a los votantes urbanos de Equo que por retener a sus antiguos votantes, y los barones regionales –mucho más conocedores e implicados con la realidad rural– es abismal. Lo hemos visto durante la legislatura que ahora termina, y lo volvemos a ver con la presentación de su programa electoral.
La palabra «caza» no aparece ni una sola vez en las 48 páginas que ocupa el documento que hoy han presentado el PSOE, titulado Los 110 compromisos con la España que quieres. En un momento en el que la realidad rural reclama en las calles y en las redes la atención y el compromiso político del que nunca ha gozado, el partido de Pedro Sánchez ha evitado hablar de la actividad cinegética, obviándola incluso en el apartado que ha dedicado al mundo rural. La consigna de no tocar la caza ni los toros hasta después de las elecciones se ha cumplido, aunque eso no garantiza que el programa electoral no traiga consecuencias para ella. Ni mucho menos.
Obecede a los ecologistas y promete nuevos impuestos ambientales
El PSOE sólo ha dedicado tres puntos de su programa el mundo rural. Prometen promover «el turismo sostenible del interior como palanca de ingresos para luchar contra la despoblación» e incentivar «el pago por servicios ambientales a través de un nuevo Plan Forestal Nacional y el pilar ambiental de la Estrategia de Desarrollo Rural». Es precisamente este punto el que mayor inseguridad genera para el colectivo cinegético, puesto que está estrechamente relacionado con otro del mismo programa en el que indican que van a dar un «impulso a la fiscalidad ambiental».
Precisamente esta fue la principal demanda que los grupos ecologistas plantearon el pasado 29 de enero a Pedro Sánchez, como ya informamos desde Jara y Sedal. Entonces, los principales grupos ecologistas exigieron al presidente del Gobierno crear un impuesto especial para la caza y rebajar la carga fiscal de sus organizaciones, entre otras muchas acciones. Aunque el programa del PSOE no entra en detalle ni aclara si cumplirá sus demandas anticaza, lo cierto es que han asumido las líneas maestras del documento ecologista –llamado Propuestas de fiscalidad ambiental: avanzando hacia un mundo más justo y sostenible-.
También recoge demandas animalistas
Curiosamente, el PSOE ha llevado a su apartado «Extensión y consolidación de derechos para la ciudadanía» las demandas animalistas. Su medida 96 asegura: «Aprobaremos una Ley estatal para promover el bienestar animal, atendiendo a una creciente demanda de la sociedad». Colocar su promesa en materia de derecho de los animales en una sección de derechos para la ciudadanía es un obsceno intento de equipararlos con los humanos que, sin duda, será aplaudido desde las filas de PACMA, pero puede suponer un alto coste en los votantes rurales. Un mundo rural cada vez más militante contra el populismo animalista que choca frontalmente con las actividades que generan riqueza y fijan población en el territorio. Contra las leyes de bienestar animal que se utilizan para canalizar las ambiciones prohibicionistas de quienes alimentan el discurso de odio a los hombres que viven en la naturaleza e interactúan con ella.
Hace sólo un mes el ministro socialista de Cultura, José Guirao, defendía la caza en el Congreso de los Diputados. Entonces aseguró: «La actividad cinegética legal y ordenada contribuye a un adecuado equilibrio de los ecosistemas naturales, cultivos, montes y producciones ganaderas del medio rural, siendo fuente de empleo y riqueza y herramienta de desarrollo rural y de lucha contra la despoblación». Treinta días después su partido ha evitado contar con ella en sus propuestas para alcanzar «la España que quieres».