A raíz de la campaña de recogida de aceituna en Castilla-La Mancha, las inspecciones de trabajo comenzaron a poner en tensión a los agricultores de la región. De este modo, se empezaron a imponer multas para aquellos que no tuvieran retretes portátiles en sus fincas, justificando dichas sanciones con la necesidad de asegurar la privacidad de los trabajadores temporeros y de los agricultores.

Toda esta situación ha ido aumentando cada día el profundo enfado de estos profesionales del mundo rural, que ya se venían enfrentando a otras dificultades generadas por la caída de los precios de la aceituna en origen. Esto entra en contraste con el elevado precio que los consumidores tienen que pagar por el aceite de oliva en sus supermercados.

El contexto de las sanciones impuestas ahora por los inspectores de trabajo y la obligatoriedad de contar en algunos casos con aseos portátiles, sumado a esas otras complicaciones, se ha percibido por parte de los agricultores como una carga adicional que, para muchos de ellos, está injustificada.


Un agricultor ingenia un retrete portátil «para evitar multas» cuando trabaja en el campo


La viral respuesta de un agricultor

De entre todas las reacciones que estos trabajadores del mundo rural han tenido en las redes sociales, hay una en concreto que se está haciendo realmente viral en las últimas horas. Ha sido publicada por el perfil de TikTok de @lafamiliaagricula y ya la han visualizado casi 250.000 usuarios de esta plataforma social.

Como vemos en las imágenes, el pastor aparece en su terreno, con todo su rebaño de ovejas delante de él, y con un retrete convencional, de los que todos tenemos en nuestros cuartos de baño, colgado a modo de bandolera, cruzado por el pecho, y cargado en su espalda.

Hemos de añadir que, tal y como han asegurado desde algunas asociaciones del sector agrícola y ganadero, las multas que se habían impuesto correspondían a «dos inspectoras novatas» y, por el momento, habrían frenado en su empeño sin que consten nuevas sanciones.

Humor para hacer frente a un problema serio

Una multa de hasta 40.000 euros por no disponer de retretes portátiles en el campo podría suponer la ruina para muchos agricultores, especialmente en un sector que ya enfrenta múltiples dificultades económicas. Los márgenes de beneficio en la agricultura son reducidos debido al aumento de los costes de producción, como el encarecimiento del combustible, los fertilizantes y el mantenimiento de la maquinaria.

Además, los precios que reciben por sus productos a menudo no cubren estos gastos, lo que deja a muchos trabajadores del campo en una situación financiera precaria. Imponer sanciones de esta magnitud no solo representa una carga desproporcionada, sino que también podría llevar al cierre de explotaciones familiares que no tienen capacidad para asumir un gasto de tal calibre, poniendo en peligro la viabilidad del sector agrícola y el suministro de productos esenciales.

¿Qué dice la legislación?

La normativa sobre la instalación de aseos portátiles en explotaciones agrícolas ha generado controversia debido a la aparente contradicción entre distintas regulaciones. Por un lado, la Ordenanza General de Seguridad e Higiene de 1971 establece en su artículo 48 la obligación de proporcionar servicios higiénicos adecuados a los trabajadores.

Sin embargo, el Real Decreto 486/1997, que regula las condiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, excluye expresamente a los campos de cultivo y otros terrenos situados fuera de zonas edificadas de esta obligación. Como vemos, esta discrepancia ha dado lugar a interpretaciones diversas por parte de las autoridades, generando situaciones en las que agricultores han sido multados por no disponer de aseos portátiles en sus fincas, pese a que la normativa vigente no parece exigirlo de manera clara en estos entornos.

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