Un reciente estudio publicado en la revista European Journal of Wildlife Research ha puesto de nuevo el foco sobre una amenaza que crece a nivel europeo: la de los gatos asilvestrados (Felis catus) como depredadores invasores en entornos naturales. En esta ocasión, el escenario es la isla de Madeira (Portugal), donde un equipo científico ha analizado con cámaras trampa la actividad diaria de estos felinos y su coincidencia temporal con las especies que constituyen su dieta.

Los resultados no dejan lugar a dudas: los gatos muestran un altísimo solapamiento horario con conejos (Oryctolagus cuniculus), roedores y perdices rojas (Alectoris rufa), lo que evidencia una intensa presión predatoria sobre especies cinegéticas. Este patrón de actividad refleja que los gatos aprovechan al máximo los periodos de actividad de sus presas, especialmente durante el crepúsculo y la noche.

El estudio concluye que los gatos asilvestrados actúan como superdepredadores oportunistas, capaces de explotar intensamente los recursos disponibles. Aunque en Madeira estas presas no son autóctonas, su presencia actúa como colchón temporal frente al impacto sobre especies nativas. Sin embargo, los investigadores alertan de que esta situación es insostenible: si las poblaciones de conejos o perdices se reducen —por enfermedad, sobrecaza o gestión—, los gatos dirigirán toda su presión sobre especies autóctonas más vulnerables.

Fotografías del estudio de las cámaras trampa del Parque Ecológico, que brindan ejemplos de detecciones de (a) gatos, (b) ratas, (c) ratones, (d) conejos, (e) paseriformes y (f) perdices.
Fotografías del estudio de las cámaras trampa del Parque Ecológico, que brindan ejemplos de detecciones de (a) gatos, (b) ratas, (c) ratones, (d) conejos, (e) paseriformes y (f) perdices.

En España, los gatos asilvestrados están protegidos

Esta advertencia científica llega en un momento crítico para España, donde la nueva Ley de Bienestar Animal, en vigor desde 2023, impide el control y el sacrificio de gatos asilvestrados, incluso cuando existen evidencias de su impacto sobre la fauna silvestre. En lugar de ser gestionados como especies invasoras, estos animales quedan amparados por la figura legal de “colonias felinas”, dificultando o impidiendo su retirada de espacios naturales.

Tal y como ha documentado recientemente Jara y Sedal en el caso del Parque del Alamillo, en Sevilla, la proliferación de gatos asilvestrados ya está teniendo consecuencias graves para la biodiversidad española. En dicho parque, se han detectado poblaciones crecientes de gatos sin control que están afectando a aves protegidas, micromamíferos y reptiles, sin que las administraciones puedan actuar con eficacia debido a la legislación vigente.

Patrones de actividad diurna de gatos (línea negra) y su solapamiento con los patrones de actividad de (a) conejos, (b) roedores, (c) paseriformes y (d) perdices (línea discontinua roja). Los tamaños de muestra de cada grupo se indican entre paréntesis. El eje x representa el período diurno de 24 horas; el eje y representa la estimación de la densidad kernel. El coeficiente de solapamiento (Δ) se muestra en la esquina superior izquierda de cada gráfico.
Patrones de actividad diurna de gatos (línea negra) y su solapamiento con los patrones de actividad de (a) conejos, (b) roedores, (c) paseriformes y (d) perdices (línea discontinua roja). Los tamaños de muestra de cada grupo se indican entre paréntesis. El eje x representa el período diurno de 24 horas; el eje y representa la estimación de la densidad kernel. El coeficiente de solapamiento (Δ) se muestra en la esquina superior izquierda de cada gráfico.

El caso portugués, en cambio, va en dirección contraria. La comunidad científica del país vecino reclama la necesidad de una gestión basada en evidencias científicas y no en consideraciones emocionales o ideológicas.

En este contexto, resulta contradictorio que los cazadores españoles se enfrenten a una regulación cada vez más estricta en cuanto a control de predadores y métodos de captura, mientras que los gatos asilvestrados —que son especies invasoras— gocen de una protección legal absoluta. Esta situación pone en peligro tanto a especies cinegéticas como a muchas protegidas, generando un desequilibrio ecológico creciente y una amenaza para otros felinos como el lince.

Sobre el autor