Cuando Pedro Sánchez anunció un adelanto de las elecciones generales, fijándolas para el 23 de julio, gran parte de la sociedad esperaba impaciente esta fecha. En este sentido, el sector de la caza deseaba un posible cambio en el poder que podía suponer un mejor futuro para la cinegética y, entre otras medidas, la derogación de la ley animalista.

Los resultados de dichos comicios han supuesto la derrota del bloque de izquierda, en cuanto a votos, y la victoria del Partido Popular como ganador de las elecciones. En total, los de Alberto Núñez Feijóo han obtenido 136 escaños, gracias a haber recibido un 33,05% de los votos.

Así sería el escenario de la caza con un gobierno de PP y Vox

A pesar de esto, una unión entre PP y Vox no sería suficiente para alcanzar la mayoría absoluta y, por lo tanto, llegar al Gobierno. Estos deben encontrar nuevos aliados si quieren que el bloque de derecha protagonice un cambio de poder en España, aunque lo cierto es que esta realidad se torna bastante complicada.

En el caso de conseguirlo, la situación en cuanto a la caza en nuestro país sería muy diferente. Los populares, por su parte, recogían en su programa el principal objetivo de apoyar «la actividad cinegética sostenible». Para ello, prometían contar con «la participación y representación del sector, poniendo en valor su aportación económica y de creación de riqueza de empleo en el medio rural, como una actividad esencial y parte del acervo cultural arraigado en gran parte de la sociedad».

Alberto Núñez Feijóo.
Alberto Núñez Feijóo.

Asimismo, destacaron el reconocimiento de sus beneficios ambientales, de mejora del control de poblaciones y de la gestión del territorio. Es por esto que plantearon poner en marcha medidas «para un desarrollo equilibrado de la actividad y mayor formación en aspectos como la seguridad, así como sobre el hábitat o de la producción y manipulación de la caza silvestre».

Las promesas de Vox

Los de Santiago Abascal fueron por su parte la formación que se refirió a la caza de una manera más concreta y propuso iniciativas para tratar asuntos más específicos. De este modo, prometieron defender la cinegética como actividad esencial para el control de las poblaciones y para la protección de explotaciones agrícolas y ganaderas, así como por su valor medioambiental y económico».

Santiago Abascal durante su entrevista con Jara y Sedal. © JyS

Para poner solución a un problema que está afectando a España en gran medida, sobre todo, desde 2021, Vox se comprometió a aprobar un plan Nacional del Lobo que garantizaría el equilibrio entre el hombre y dicha especie.

También respecto a ello se pronuncia el texto de los populares. En él prometieron restablecer la situación de protección del lobo, previa a 2021. En estos términos plantearon «extraer las poblaciones del Duero del LESPRE, permitiendo el control poblacional de dicha especie en esa zona».

La caza bajo el poder de PSOE y Sumar

Quienes lo tienen más fácil para alcanzar la mayoría absoluta son PSOE y Sumar, algo que supondría un duro golpe para la caza. Los de Sánchez, en su programa, prometieron no obstante trabajar para que la caza participe «de la sostenibilidad del mundo rural». Como parte de este propósito, propusieron un avance «hacia una actividad cinegética más sostenible, en el marco de la Estrategia Nacional de Gestión Cinegética, aprobada por unanimidad entre el Gobierno de España y las comunidades autónomas».

También recogieron la puesta en marcha de «estrategias para el control de la población de especies cinegéticas de interés asegurando la convivencia con las actividades del medio rural».

pedro-sanchez
Pedro Sánchez. © Shutterstock

Tras esto, uno de los puntos que más ha dado que hablar ha sido el que planteaba fomentar «la colaboración entre organismos de investigación, representantes del ámbito cinegético y organizaciones ambientalistas para conocer mejor los censos de fauna cinegética, así como la eficacia de las medidas de gestión del hábitat». Es decir, los organismos ecologistas del país serían unos de los encargados de hacer un seguimiento de las poblaciones de las especies de caza.

Sumar prometió prohibir la caza de la tórtola y seguir blindando el lobo

El texto electoral de Sumar exponía sin embargo diversas propuestas anticaza. A pesar de no hacer referencia alguna a la palabra «caza», sus medidas en este sentido eran todas negativas. Hacía referencia a una «derogación de la Ley 18/2013 de protección cultural y patrimonial de la tauromaquia» apostando, para ello, por la «supresión de la financiación pública de los espectáculos taurinos con muerte del animal».

También su programa recogía la «inclusión de los animales de compañía de trabajo en la Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales», refiriéndose a los perros de caza.

Sin hacer caso al resto de Europa acerca de sus propuestas para controlar a los grandes depredadores, una de sus medidas era mantener al lobo ibérico en el LESPRE. Además de esto, también pretendían que la tórtola europea se incluya en él y, así, prohibir su caza definitivamente.

Yolanda Díaz, en un mitin de Sumar.
Yolanda Díaz, en un mitin de Sumar. © Shutterstock

Esto es lo que pasará con las leyes animalistas

Las leyes animalistas que el Gobierno de Sánchez aprobó en colaboración con Unidas Podemos son uno de los aspectos que más ha dado que hablar en los últimos meses. Por lo tanto, es mucha la incertidumbre que lo rodea en función de cuál de los dos bloques consigue, finalmente, llegar al poder.

Si fuera el de derechas, el PP se comprometió a apoyar la caza y a derogar las leyes animalistas en caso de gobernar. Así lo plasmó con su firma en el Compromiso Político con la Actividad Cinegética 2023/27 presentado por la Real Federación Española de Caza (RFEC). Este también lo firmó Vox.

De ser el de izquierdas quien renovara su mandato, todo apunta a que el futuro de estos textos permanecerá intacto. En cambio, sí podría sufrir alguna modificación si hacemos caso al tweet que Sergio García Torres publicaba en su perfil. Según sus palabras, un posible pacto entre PSOE y Sumar debería contar con la inclusión de los perros de caza en la llamada Ley de Bienestar Animal.