Mientras los ganaderos denuncian las pérdidas económicas que provocan los ataques de los lobos, las administraciones autonómicas regulan su caza frente a la postura de los conservacionistas, que no dudan en denunciar estas medidas. Posturas encontradas en torno a un animal que pasó de querer ser erradicado a protegido. ¿Cuál es la realidad del lobo en España? Frank Cuesta busca la respuesta en una entrega especial que se emite este domingo en DMAX.
 10/5/2019 | DMAX

wild frank lobos
Frank Cuesta junto a un lobo. / DMAX

Sus aullidos, su inconfundible silueta en la oscuridad de la noche y la figura de su gran defensor, Félix Rodríguez de la Fuente, están muy presentes cada vez que se habla del lobo. Odiado y amado a partes iguales, el lobo ibérico es realmente un desconocido para gran parte de la población y a punto estuvo de extinguirse para siempre en los años 70 cuando quedaban menos de 400 ejemplares en nuestro país. Ahora, varias décadas después, el problema es el contrario. El aumento de la población de lobo ibérico en España ha generado una compleja situación que divide a ganaderos, animalistas y gestores públicos sobre la necesidad de protegerlo o permitir su caza para controlar este crecimiento. Frank Cuesta abordará este debate en una nueva entrega especial de ‘Wild Frank: Caza’, el programa producido por Molinos de Papel para DMAX, dedicada a la polémica figura del lobo en la Península Ibérica que DMAX estrena este domingo 12 de mayo a las 21:30 horas. 
Mientras que antaño el lobo fue considerado un animal casi terrorífico que causaba temor allí por donde pasaba, su imagen se transformó completamente cuando Félix Rodríguez de la Fuente y un grupo de conservacionistas lograron, a través de la divulgación mediática, cambiar la mentalidad de los españoles respecto a esta especie. El lobo ibérico pasó de ser un animal que había que erradicar a convertirse en un animal cinegético que hay que proteger y controlar. Como resultado del cambio en la mentalidad de los españoles y la regulación sobre el animal, la población de lobos no ha parado de incrementarse en nuestro país, algo que ha terminado provocando graves problemas a los ganaderos, que denuncian la amenaza que el lobo supone para su ganado y su propia economía.
Tal es el clima de tensión, que el número de lobos muertos por causas no naturales se llegó a situar entre 500 y 650 ejemplares en el año 2017, según el Censo del Lobo Ibérico, voluntariado de ámbito nacional para el censo del lobo ibérico y evaluación del estado de conservación de sus hábitats. Frente a esta realidad, los ecologistas y conservacionistas defienden que el lobo debe ser protegido y aseguran que puede convertirse en un revulsivo para las economías rurales. Así las cosas, las posturas se han radicalizado más que nunca en los últimos meses y la falta de entendimiento entre cazadores, animalistas y las propias administraciones que deben regular estos asuntos parece no tener fin. Frank Cuesta recabará la opinión de todos estos actores para dar a conocer en DMAX la realidad de la situación del lobo en España.

Ganaderos vs animalistas

En este capítulo especial de 90 minutos de duración de ‘Wild Frank: Caza’, el equipo viaja hasta la Sierra de la Culebra, en la provincia de Zamora, para adentrarse en una de las zonas con mayor población de lobos ibéricos en España. En la localidad zamorana de Robledo, Frank visitará el Centro del Lobo Ibérico de Castilla y León, que ha sido creado ad hoc para el estudio y la divulgación de esta especie. Allí se reúne con Carlos Sanz, un biólogo español que tuvo el privilegio de trabajar junto a Félix Rodríguez de la Fuente.«El lobo ibérico es una joya de nuestra fauna, de nuestra biodiversidad. Aparte de ser un animal es un mito: para unos es el símbolo de la naturaleza, de la libertad… y para otros es un símbolo del mal, casi del diablo», le explica Sanz.
Tras este primer acercamiento al mundo del lobo, Frank acude a visitar a los que se sitúan en la otra parte del conflicto: los ganaderos. Según los datos de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de Castilla y León correspondientes a los nueve primeros meses de 2018, el número de ataques de lobos a la ganadería superaba los 1.900, mientras que la cifra de cabezas muertas se elevaba por encima de las 2.700. Por ello, los ganaderos aseguran que el lobo ha cambiado su forma de vida. A causa de los ataques han tenido que construir cercas más grandes en sus terrenos y aumentar el número de perros que protegen sus ganados, pero el problema, lejos de solucionarse, continúa existiendo.
La suspensión cautelar y el reciente levantamiento de la prohibición de la caza cinegética en Castilla y León ha puesto de máxima actualidad una problemática que enfrenta a ganaderos y animalistas y a la que tienen que hacer frente los guardas forestales de la zona. Según defiende la ganadera María Luisa Tábara, además de atacar a sus ejemplares, «el lobo acabará atacando a la gente y hasta que no ataquen a personas en las montañas no se lo van a tomar en serio» y añade: «detrás de una mesa de despacho quieren arreglar la ganadería y eso no se arregla desde un despacho. Hay que vivirlo, hay que ver lo que hay», sentencia esta ganadera.

La labor de Félix Rodríguez de la Fuente, clave para el lobo ibérico 

En un programa dedicado al lobo resulta inevitable aludir a la figura de Félix Rodríguez de la Fuente. Es probable que su excelente trabajo de divulgación en los medios de comunicación y su lucha por conservar la especie haya contribuido en gran medida a que el lobo ibérico se salvara de la extinción. Su legado ha quedado en manos de su hija Odile, a la que Frank visita en su casa en Chiloeches (Guadalajara) para que le cuente cuales son las claves para conservarlo. «Desde el mundo urbano se tiene una imagen muy “Walt Disney” del lobo. Una de las grandes labores que hizo mi padre es que dignificó el mundo animal y lo que tenemos que hacer es trabajar con la gente que sufre daños. Lo que hace falta es apoyar a la gente y entender la realidad de un ganadero», considera Odile Rodriguez de la Fuente, que también expresa su rechazo al tipo de caza que se practica contra los lobos porque «se hace con un concepto de cupos. Se están cazando lobos donde no están causando problemas».

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