Ayer se cumplían dos años de la marcha Mel Capitán. Hoy recordamos la emotiva carta que Frank Cuesta le dedicó tras conocer la noticia y ver los insultos de algunos animalistas que se alegraron de su muerte.
20/7/2019 | Redacción JyS
Fue uno de los tragos más duros para el colectivo cazador. A la pérdida de Mel Capitán, víctima del acoso animalista durante años, se unió una avalancha de vejaciones y mensajes de odio que celebraban su marcha. Frank Cuesta, con quien nuestra compañera Mel discutió en diferentes ocasiones a través de las redes sociales, le dedicó esta emotiva carta que hoy queremos recordar.
Carta a Mel Capitán
Estimada Mel;
Te escribo esta carta públicamente porque creo que te la mereces. Varias veces discutimos, hablamos y comparamos posiciones a través de la red social. Discrepábamos totalmente sobre el tema de la caza, pero nunca hubo un insulto ni un reproche. Me dijiste una vez que habías nacido cazadora y morirías cazadora y que respetabas que la gente estuviese en contra de la caza. Yo siempre he dicho que la caza ha existido desde que el mundo es mundo, pero que en las últimas dos décadas, se ha convertido en un “deporte sangriento y elitista”. Estaba de acuerdo contigo en la parte cinegética que no es más que algo que la expansión del humano ha provocado como una necesidad para la conservación de algunas especies, eliminando la sobrepoblación de otras. Pero claramente discrepábamos en la parte de disfrutar matando.
Pero más allá de esto, tú eras una persona. Que cazaba por afición, sí, pero una persona. Podríamos estar de acuerdo o no en ello, podríamos discrepar en lo más grande… pero jamás hubiese pensado que me llegaría la información de que te habías suicidado.
No sé que motivos te han llevado a tomar esta decisión, pero es tuya y solo tuya. No sé que ha podido llevarte a este triste final… pero hay algo que si se y quiero dejar claro sin duda alguna.
Hoy he conocido la noticia de tu muerte por la cantidad de insultos que me han llegado hacia ti en la misma red social. Insultos, mofas y vejaciones que deberían de estar penadas por ley. Hoy de nuevo me alegro de no considerarme ni animalista ni nada que se refiera a esa palabra… porque hoy de nuevo, una panda de “energúmenos” han disfrutado (muchos desde el anonimato) de reírse de la muerte de alguien al que ni conocían, ni probablemente sabrían que existía hasta leer la noticia. Es triste que los que dicen que defienden la “vida” de alegren de la muerte de una persona. Pero ese es el animalismo que está de moda últimamente: el radical, el Barça o Madrid, el derecha o izquierda, el mi idea es la que vale y la tuya es una mierda.
Me avergüenzo profundamente de que me metan en ese grupo de gente que llama “asesino” a un cazador, pero siempre tiene una excusa para no ir a limpiar mierda a una perrera. Me avergüenzo de aquellos que hacen bromas obscenas con la muerte de un cazador, cuando van al supermercado a comprar filetes para la cena. Me avergüenzo de aquellos que sin haber puesto un euro jamás para ayudar a los animales, se ríen de la muerte de un cazador. Me avergüenzo de esos que tienen la foto con un tigre en Instagram… pero se alegran de tu muerte. Me avergüenzo una vez mas de querer ayudar a los animales y ver cada vez más radicalismo absurdo, donde no se atiende a razones.
Me avergüenzo, porque sí estoy en contra de la caza, pero “alegrase y mofarse de la muerte de un ser humano es mezquino, sucio, bajo y ruin.
Estoy y estaré siempre en contra de la caza deportiva, porque me parece algo innecesario, pero para todos esos paletos que dicen no, no, no a toda la caza, simplemente os diré que hay muchas especies que se están salvando en el mundo gracias a la caza –aunque os parezca imposible, así es–. Los mejores rangers que he conocido han sido cazadores –porque conocen las costumbres, lugares y necesidades de los animales–. Pero claro, para saber estas cosas hay que salir de casa antes. Y repito, estoy en contra de la caza, pero no por ello me alegraré de la muerte de ningún cazador, lo que sí diré es que si un cazador muere a manos de un animal será Karma pero jamás me alegrare de la muerte de un cazador.
En fin, Mel, sé que nunca leerás esta carta y que nunca me podrás contestar, pero simplemente quería dejar claro que fueras cazadora, escritora o dependienta eras una persona, y ni tú ni nadie se merece los “piropos” que he tenido que leer hacia ti.
Descansa en Paz
Frank Cuesta