La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo sigue extendiéndose por nuestro país. Fue hace un lustro cuando se detectaron los primeros casos y, por el momento, se tiene constancia de que el virus está presente al menos en las comunidades autónomas de Andalucía, Extremadura, Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha, según el reciente estudio ‘Detección generalizada de múltiples cepas del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en garrapatas’.

La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo está causada por un virus, cuyo mecanismo de transmisión principal es la picadura de la garrapata del género ‘Hyalomma’, aunque también puede transmitirse de persona a persona por contacto con sangre o fluidos del enfermo, lo que puede ocurrir especialmente en personal sanitario cuando no está debidamente protegido.

Aunque no todas las personas infectadas manifiestan síntomas, el patógeno posee una alta letalidad entre quienes desarrollan la enfermedad y desde que en 2016 se diagnosticara en España el primer caso en humanos, han sido reportados una decena de ellos, de los cuales tres provocaron la muerte.

En el portal sanitario de la Junta de Castilla y León está disponible toda la información tanto sobre la prevención de picaduras de garrapatas, como de las enfermedades de las que son potenciales vectores de transmisión.

Así fue el primer mapa de riesgo del virus Crimea-Congo en ciervos en España

Un grupo de investigadores internacionales ha desarrollado en los últimos meses por primera vez y a nivel nacional un mapa de riesgo de exposición del virus Crimea-Congo en las poblaciones de ciervos en España que se dio a conocer el pasado mes de noviembre. El trabajo de investigación ha desarrollado por primera vez y a nivel nacional un mapa de riesgo de exposición del virus, lo que podría ayudar a las autoridades sanitarias a establecer medidas de prevención en aquellas zonas donde es mayor la probabilidad de circulación del virus.

«Se trata del primer trabajo a nivel nacional que establece un mapa de riesgo de este tipo», explicaba el pasado mes de diciembre Ignacio García-Bocanegra, catedrático de Sanidad Animal y uno de los investigadores del grupo GISAZ de la Universidad de Córdoba que participó en el estudio. Para ello, el equipo de investigación analizó la presencia de anticuerpos del virus en más de 1.500 ciervos de 82 poblaciones distribuidas a lo largo de todo el territorio español.