En verano las tierras que han sido sembradas y ya una vez cosechadas quedan al descubierto y no ofrecen apenas cobertura, ni para los animales ni para el cazador. Son los llamados rastrojos que, con el fin de apurar algunas briznas de hierba o el cereal que la cosechadora no recogió, frecuentan jabalíes, corzos, palomas, tórtolas, conejos y otros predadores oportunistas como el zorro.

Si bien son lugares querenciosos para la fauna, el cazador encuentra un problema en cuanto a su ocultación en ellos debido a la falta de vegetación. Es precisamente lo que le sucedió al protagonista del siguiente vídeo, que decidió fabricar con madera un estructura idéntica a la de un ‘rulo’ de paja.

En el siguiente vídeo, que ha publicado en YouTube, se puede ver cómo lo cubre con plástico y después con paja y cómo además deja estratégicas ventanas desde las que el cazador podrá disparar. Así lo ha fabricado:

YouTube video

Varios jabalíes entran al puesto de un cazador, él decide indultarlos ¡pero no se quieren ir!

Varios jabalíes entran al puesto de un cazador, él decide indultarlos ¡pero no se quieren ir!

El cazador malagueño José Arrabal se topó durante una espera el verano pasado con una situación un tanto curiosa: en su puesto entró una piara de rayones que se acercaron tanto que incluso los pudo tocar. Además, da la casualidad de que aquella noche le acompañaba su novia Francisca Galán, que recientemente ha comenzado a picarle el ‘gusanillo’ del mundo cinegético.

El hecho ocurrió en un puesto de espera que José tiene en un coto en la provincia de Málaga: «Me puse en la búsqueda de un jabalí grande que sabía que estaba por allí y, a la caída de la noche, sentí ruidos. Como no tengo visor nocturno, vi un bulto en el llano y alumbré. En ese momento, vi cómo dos guarros se venían hacia mí y se ponían a un metro de distancia», relata el cazador. Te lo contamos en este enlace.

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