A raíz de los primeros casos de encefalopatía espongiforme -más conocida como enfermedad de las vacas locas- en cérvidos surgidos en Noruega recientemente, la Comisión Europea ha decretado la prohibición de importar muestras de orina, como medida preventiva ante la posibilidad de que se produzcan más contagios.
3/8/2016 | Redacción JyS
La encefalopatía espongiforme es una enfermedad altamente contagiosa que altera por completo el cerebro de los animales infectados. Se produce por una alteración de unas células proteínicas llamadas priones. Estas proteínas cambian su forma hasta transformarse en algo anómalo que se transmite a las de su alrededor. Los priones alterados atacan al cerebro y causan la pérdida de peso, problemas de coordinación y cambios de comportamiento. Aún no se ha encontrado cura para esta enfermedad, por lo que es letal.
Aunque aún no se conocen casos de contagios a humanos, sí que tiene un alto grado de transmisión entre los ciervos, los alces y otros cérvidos, que se pasan la enfermedad a través de su saliva, orina y heces. Pero hasta ahora esta patología no se había detectado en cérvidos más allá de EE.UU., Canadá y Corea. Los tres casos hallados en Noruega el pasado mes de marzo son los primeros contagios que se producen en Europa. Esto supone una importante preocupación para los cazadores y los productores de carne de caza.
Prohibir orina de ciervo para prevenir
Mientras la comunidad científica trata de averiguar cómo se ha introducido esta afección en Noruega, la Comisión Europea ha establecido la prohibición de importar o introducir, por cualquier vía, orina de ciervo procedente de EEUU y Canadá – países donde este trastorno está presente desde hace décadas-, en el territorio de la Unión Europea para su uso como atrayente. Esta medida se toma ante la sospecha de que estas muestras puedan estar infectadas con la enfermedad, y hayan sido el origen de los primeros contagios producidos en Europa.