La Comisión Europea ha anunciado que las condiciones para la reapertura de la caza de la tórtola europea se cumplen en la ruta migratoria occidental, por lo que España podrá volver a autorizar su captura en la temporada 2025/26. Esta decisión reconoce los esfuerzos de países como Francia, Italia y España en la monitorización, regulación de cupos y mejora de hábitats para la recuperación de la especie.
Un reconocimiento al esfuerzo de conservación
En la reunión celebrada por el comité NADEG, el grupo de expertos en biodiversidad de la Comisión Europea, se constató que España ha alcanzado el 30% exigido de mejora en los hábitats, lo que ha sido determinante para la decisión. El organismo ha subrayado la implicación de los cazadores y gestores cinegéticos españoles, que han contribuido directamente al crecimiento poblacional de la especie.

Según el comité, la tasa de captura permitida será del 1,5%, un porcentaje que garantizará la sostenibilidad de la especie. La decisión final sobre los cupos definitivos y las recomendaciones de caza será tomada por los Estados miembros en la próxima reunión del 1 de abril.
Coordinación estatal para garantizar la sostenibilidad
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ya trabaja en la coordinación con las comunidades autónomas para establecer los sistemas de control necesarios. Entre las medidas previstas está la implementación de sistemas de precintado y un esfuerzo de vigilancia mínimo en las zonas de caza.
Asimismo, se ha definido una limitación espacial y temporal del plan de caza, con un máximo de cuatro días hábiles y restricciones basadas en las condiciones del hábitat y los esfuerzos de mejora. La Real Federación Española de Caza (RFEC) ha instado al MAPA a que agilice la aprobación de los planes autonómicos durante marzo, para consolidar la reapertura de la caza en la próxima media veda.
El PIRTE, clave para la recuperación de la especie
Un factor decisivo para la decisión europea ha sido el Plan Integral de Recuperación de la Tórtola Europea en Extremadura (PIRTE), impulsado por la Fundación Artemisan junto a la Federación Extremeña de Caza y con el apoyo de la Junta de Extremadura.
Desde 2019, este proyecto ha permitido conocer mejor las poblaciones de tórtola y fomentar la gestión del hábitat en los cotos. Gracias a la implicación de los cazadores y la recopilación de datos precisos, se ha logrado demostrar que la caza regulada puede ser compatible con la recuperación de la especie.
El PIRTE ha servido de modelo para otros programas de conservación en Europa y ha sido uno de los argumentos más contundentes para que la Comisión Europea haya decidido permitir de nuevo la caza de la tórtola.
Un hito para la caza y la conservación
La reapertura de la caza de la tórtola representa un hito histórico para la gestión cinegética en Europa. La colaboración entre cazadores, administraciones y organizaciones de conservación ha demostrado que la actividad cinegética puede ser una herramienta eficaz para proteger la biodiversidad.
En abril, los Estados miembros decidirán los detalles finales, pero todo apunta a que en 2025, los cazadores podrán volver a disfrutar de la tórtola en media veda, con la satisfacción de haber contribuido a la recuperación de una especie emblemática de los campos europeos.
Este equilibrio entre caza y conservación se perfila como un modelo a seguir para otras especies, consolidando la importancia de la gestión sostenible y el papel activo de los cazadores en la protección de la naturaleza.