El ingenioso invento deja al clásico matamoscas y al recurrido recurso del periódico enrollado a la altura del betún. Ahora podrás recechar insectos sin salir de casa con esta escopeta que dispara sal.
2/12/2018 | Redacción JyS
Si no te gustan los insecticidas convencionales o estás harto de liarte a mamporros con el clásico matamoscas, un artista californiano llamado Lorenzo Maggiore ofrece una curiosa alternativa: disparar a los insectos con sal. Sí, has leído bien. El creador diseñó una escopeta de aire comprimido que se recarga con sal de mesa y la dispara con el mismo objetivo que lo hace un cartucho de caza menor: obtener un haz de dispersión de los proyectiles que alcance eficientemente a nuestra presa.
Según cuentan los numerosos internautas que ya han probado el Bug-A-Salt, que es como se llama el invento, funciona. Además no necesita pilas y el volumen de sal disparado en cada «lance» es menor de la pizca que le echaríamos a un solomillo. Un deposito lleno da para 50 disparos.
Un invento que acaba con los insectos a tiros
El efecto de semejante metralla sobre los insectos, a juzgar por los vídeos como el que te mostramos a continuación, es fulminante. Moscas, mosquitos y pequeños insectos voladores son liquidados al instante y limpiamente.
No te preocupes, la carga que lanza esta escopeta ha sido calculada para que no dañe a los objetos sobre los que dispares, ni es peligrosa para personas o animales a menos que disparemos a los ojos. Además su «munición» no descuartiza a los bichos, algo que también se agradece a diferencia del clásico matamoscas. Eso sí, el único problema será que tendrás que pasar la aspiradora más a menudo para recoger la sal y… los insectos muertos, claro.
Maggiore comenzó a promocionar Bug-A-Salt en la web de KickstarterIndieGoGo hace años. Su objetivo inicial era alcanzar los 15.000 dólares, pero logró más de medio millón en poco tiempo. Ahora Bug-A-Salt se vende en Amazon a un precio de 49,99 euros.
Te dejamos uno de los muchos vídeos que se están compartiendo en las redes sobre el curioso invento. ¡No tiene desperdicio!