Cuando empezamos en algo todos cometemos errores, sería de locos no admitirlo. Para todo hay un comienzo y debemos aprender qué está bien hecho y qué no. Los errores son parte del proceso de aprendizaje y ayudan a forjar nuestra experiencia.
16/8/2018 | Redacción JyS
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Esto es así en todos los campos de la vida, y la caza no es una excepción. Cuando cometemos un error aprendemos de ello y la siguiente vez salimos mejor preparados para salvar esa situación adversa en la que nos vimos con anterioridad. 
Aquí os mostramos los errores que todo principiante en el tiro de caza ha cometido y deben ser corregidos con prontitud, para que no se conviertan en vicios.

Apoyar mal la culata

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Un aprendiz por lo general retirará la cara del arma cuando sienta la detonación. Pero lo que hay que hacer es todo lo contrario: debes apoyar bien la cara en el lomo de la culata para que el tiro sea satisfactorio y el retroceso no te juegue una mala pasada. 

Agarrar el arma de forma incorrecta

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No agarrar la escopeta o rifle adecuadamente puede dar al traste con multitud de lances. Los expertos deben inculcar siempre que un buen agarre del arma proporciona a su vez un mejor encare y resultados más satisfactorios.

Apuntar en todas las direcciones

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Suele ocurrir después de un lance satisfactorio, en el que la euforia arruina la regla más básica de la caza y el tiro: apuntar sólo cuando estés seguro de a qué vas a disparar, da igual que el arma esté descargada, no se deben correr esos riesgos apuntando a objetos, perros, personas…

Poner el dedo en el gatillo

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Nunca, jamás se debe poner el dedo en el gatillo. Tan sólo en el momento justo del disparo, cuando ya se tiene la pieza localizada y en el punto de mira, de lo contrario pueden ocurrir percances y desgracias que nadie quiere que ocurran.

Asustarse de la detonación

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Muchos cazadores primerizos tienden a asustarse de sus propio tiros, por lo que se echan hacia atrás cuando disparan y entonces el arma se mueve de posición, lo que da lugar a multitud de lances errados.
De estos 5 errores tan comunes no hay que avergonzarse, ni sentirse culpables. Todos en alguna ocasión hemos cometido alguno de ellos, cuando no varios. Si se aprende desde el principio corrigiéndolos, serás cada vez mejor tirador. Ahora sólo queda tomar nota de ellos y practicar.