Si el mayor enemigo de las armas es la humedad, el mayor adversario de la óptica es el polvo en general y la arenilla en particular. Por eso, Excopesa, empresa distribuidora de firmas como Zeiss, ha lanzado siete consejos que no debes olvidar al limpiar tus prismáticos o visores de caza, ya que el polvo y la suciedad no dañarán por sí solas las lentes, sino que son las cosas erróneas que se hacen con prisas las que sí lo harán.
Uno de los equívocos más graves que cometen los cazadores es limpiar las lentes de los dispositivos ópticos con cualquier cosa que tienen a mano, como un pañuelo de papel, una prenda o un trapo. Esto ocurre frecuentemente en las jornadas de caza y campo. Esta acción que parece inofensiva es el mayor atentado que podemos llevar a cabo contra las lentes de calidad. Esto provoca ralladuras de presión de los tratamientos multicapa de las lentes, haciendo que pierdan en poco tiempo su cualidad y limpieza. Estos arañazos son, además, el lugar perfecto para la aparición de hongos y bacterias.
¿Cómo limpiar correctamente unos prismáticos o un visor de caza?
- Desempolva las lentes. Quitar polvo es esencial antes, ni siquiera, de usar un paño para limpiar el vidrio. Cada pequeña partícula de polvo hará pequeños rasguños. Una perilla de aire es esencial para este paso. Si no puedes hacerlo, échale agua, y sécala con un paño de microfibra. No uses la camisa. Los paños de microfibra limpian las lentes sin dejar rasguños.
- Limpiadores ópticos esenciales para lentes. Nunca recurras a productos agresivos o limpiacristales. Usa limpiadores ópticos esenciales para lentes, pues no dañan ésta.
- Usa un lápiz limpiador. Se trata de una herramienta de doble punta diseñada específicamente para limpiar las lentes. Es popular entre fotógrafos.
- Mantén siempre puestas las tapas de la lente. Es algo de sentido común, pero es necesario recordarlo. El vidrio expuesto puede dañarse incluso hasta al caminar, coge más suciedad o incluso puede mancharse mientras usamos las armas. El aire puede hacer daño con el tiempo, haciendo que el visor pierda precisión. Como truco, puedes poner en tu armero una bolsa de sílice, arroz o sal para evitar la humedad en el lugar en el que habitualmente se encuentre.
- Adecenta las torretas. Es fácil olvidarse de ellas u otros mecanismos como ruedas de enfoque: si vives o cazas en una zona fría o húmeda, éstas pueden ser susceptibles al óxido. Después de una cacería en condiciones adversas, es conveniente quitar las tapas de las torretas para que se ventilen, así como el polvo de la misma manera que desempolvar las lentes.
- Limpia el compartimento de la batería. Si tu visor tiene retícula iluminada o tu prismático lleva integrado un telémetro láser, seguro que funciona con batería. Debes sacarlas periódicamente para limpiar el compartimento, ya que la humedad puede entrar en cualquier rincón. Una pequeña limpieza ocasional será suficiente.