Recordemos cuando, a mediados de mayo de este mismo año, Jorge Alonso, conocido en las redes sociales como El Guarda Smith, mandó un mensaje a veganos y animalistas para que vivieran con él una de sus jornadas laborales como guarda de caza.
A su oferta respondió David Cifuentes, reconocido por él mismo como «lo que la gente conoce como un vegano, activista por el derecho de los animales y, por ende, anticaza». Así fue como, por lo tanto, este pasaría todo un día con quien se considera un «omnívoro, guarda rural, trampero profesional, cazador y pescador desde niño».
Las condiciones de dicho encuentro eran ayudar al Guarda Smith «a llenar los bebederos para la época estival, por el bien de los animales», en una jornada laboral desde las 08:00 hasta las 14:00 horas. Tras ello, ambos disfrutarían juntos de un almuerzo que también correría a cargo de Jorge.
Una jornada laboral de lo más característica
Los primeros momentos que ambos vivieron juntos fueron en vehículo del guarda, de camino al terreno donde tendría lugar su jornada de trabajo. Durante ese recorrido pusieron sobre la mesa diversos asuntos relacionados con la cinegética, el veganismo y el animalismo, cada uno exponiendo cómo los entiende desde sus puntos de vista, siendo estos realmente contrapuestos.
Entre esos temas sobre los que debatieron cabe hacer mención, por ejemplo, a los perros de caza, la prohibición de la actividad en algunos entornos, como es el caso de los parques nacionales, la Ley de Bienestar Animal o lo que, según su invitado, significa ser animalista y ser vegano.
Una vez que llegaron a la zona de trabajo, Jorge fue enseñándole cada una de las labores que tiene que realizar durante el día a día para cuidar de la fauna salvaje. Además de llevarlas a cabo juntos, ambos continuaron hablando de asuntos como las sobrepoblaciones y control de predadores, algunos mitos que rodean al veganismo o el porcentaje de la población que se considera parte del movimiento animalista.
Lejos de lo que podríamos pensar en un primer momento, lo cierto es que las conversaciones que mantuvieron a lo largo de las 12 horas que pasaron juntos no fueron tan polémicas como se esperaban. De hecho, el propio guarda ha compartido en sus redes sociales que el «único tema que fue conflictivo» versaba sobre la violencia de género.
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Por último, tanto el guarda como el anticaza terminaron el día yendo a comer a un restaurante vegano, donde compartieron mesa con Mar, la pareja de Jorge, quien fue vegana durante seis años. En esta ocasión, el debate que los tres compartieron, mientras probaban varios de los platos de la carta, tocó temas como el consumo de carne, las alternativas veganas a los productos de origen animal y culminaron con un postre que, a diferencia del resto de platos, sí conquistó el paladar del guarda.
Para concluir su peculiar jornada, ambos volvieron a quedarse solos y compartieron una sobremesa en la que sacaron las conclusiones de todo sobre lo que habían hablado. De este modo, descubrieron que había asuntos en los que nunca iban a estar de acuerdo, pero también que había otros muchos en los que sus puntos de vista no eran tan dispares como se imaginaban.