Todos los cazadores fallamos. Unos con más frecuencia y otros con menos. Esos fallos, en la mayoría de las ocasiones, vienen propiciados por la velocidad a la que se desplazan las piezas, que muchas veces hacen muy difícil hacer coincidir el proyectil con la trayectoria de la pieza.
En otras ocasiones, es la orografía del terreno o la vegetación la que nos dificulta el ejercicio de disparar, lo que provoca que nuestros disparos acaben enterrados en el suelo. Hasta aquí todo normal. Lo que no es tan usual es encontrarse a un cazador como el de la imagen, que ha localizado una hembra de gallo lira (Lyrurus tetrix) parada a pocos metros en mitad de un camino. El animal permanece inmóvil, y aguanta estoicamente mientras el cazador abre fuego hasta en cinco ocasiones con una carabina de bajo calibre, posiblemente un .22 LR.
Las imágenes, que fueron subidas a la cuenta de Instagram de Jara y Sedal, acumulan ya cerca de 30.000 reproducciones.