Pietro Santucci es un apasionado de la naturaleza, la montaña y los animales que comparte sus experiencias y conocimientos a través de la fotografía y la educación ambiental. Nacido y residente en Civitella Alfedena, un pequeño pueblo en el corazón del Parque Nacional de Abruzzo (Italia). Santucci es guía de montaña, educador ambiental y propietario de un restaurante de gastronomía local. Sus imágenes muestran la belleza y la diversidad de los paisajes, la flora y la fauna del parque, así como las tradiciones y la cultura de sus habitantes. Santucci tiene más de 14 mil seguidores en Facebook, donde publica imágenes y vídeos tan sorprendentes como el que mostramos a continuación.
Grabado hace unas semanas, el vídeo muestra el encuentro entre una pareja de lobos y un enorme jabalí macho, el cual se conoce entre los cazadores españoles como un macareno. Esta escena es cada vez más frecuente en los montes españoles debido a dos razones fundamentales: la población de lobos va en aumento y la de jabalíes también. Hay que recordar que entre los lobos y los jabalíes hay una relación de competencia y depredación, ya que ambos ocupan el mismo espacio y se disputan el recurso alimenticio en algunas ocasiones (no olvidemos el carácter depredador y carroñero del jabalí).
Los lobos cazan sobre todo a los animales ungulados, como el jabalí. Pero el jabalí es un animal robusto, fiero y dotado de unos poderosos colmillos que pueden causar graves daños a los lobos. Por eso, evitan atacarlos jabalíes salvo que estén muy necesitados o que hallen un individuo pequeño que esté solo, enfermo o herido. No es el caso del ejemplar de estas imágenes.
Un enorme jabalí, frente a frente con un lobo
Tal y como describía el propio Pedro Santucci, en el momento de la grabación «estaba lloviendo mucho y los dos lobos hambrientos primero intentaron un ataque fallido a una manada de ciervos. Luego se produjo el encuentro con el gran jabalí». Durante esos momentos, el enorme macareno se mantiene con los pelos erizados sin mostrar ningún temor y se lanza a por uno de los dos lobos que aparecen en la escena. Estos no dudan en huir con el rabo entre las patas sabedores de que un enfrentamiento con él les puede salir muy caro.
