Si alguien te pregunta por la razón por la que cazas, ¿cuál sería tu respuesta? La caza es una de las pocas experiencias que, como seres humanos, distraídos y viviendo nuestras ocupadas vidas del siglo XXI, podemos compartir con nuestros ancestros más antiguos. Las razones por las que la gente elige cazar pueden ser muy diversas, pero esa conexión con nuestras raíces es común para todos. También es una parte fundamental de la motivación de un hombre famoso en todo el mundo, pero para quien la caza es una pasión profundamente personal y arraigada.
Donald Trump Jr. es un cazador experimentado y un conservacionista comprometido, y considera su deber ayudar a preservar esta tradición profundamente arraigada, muy estadounidense y, en última instancia, humana. Y, en sus palabras, la caza también es una actividad excelente para sacar a sus hijos del sofá.
«No he sido un ángel, pero la caza me ha mantenido alejado de muchos más problemas en los que me habría metido sin ella»
La pasada primavera viajó hasta el Reino Unido, justo cuando el campo volvía a la vida después de un invierno gris y lluvioso. El objetivo era claro: recechar corzos y muntjacs con John Rigby & Co., acompañado por el director general de la firma, Marc Newton, y el guía Alex Robinson. Mientras caminaban en busca de animales a través de bosques antiguos cubiertos de campanillas, él y Marc encontraron tiempo para sentarse y charlar sobre el papel que la caza ha desempeñado en la vida de Don, así como sus pensamientos sobre la conservación, la familia y la importancia de mantener la autenticidad.

La caza como vía de escape
«Cazar, disparar, pescar… siempre han sido un elemento estabilizador en una vida caótica. No he sido un ángel, pero la caza me ha mantenido alejado de muchos más problemas en los que me habría metido sin ella. En nuestra sociedad de gratificación instantánea cualquier cosa que lleve a mis hijos al bosque, a un arroyo o a un campo de tiro está haciendo un gran trabajo para prepararlos para el futuro. Y también es genial actuar como mentor para quienes quieren probar la caza», confiesa Donald Trump Jr.
«Hay algo en estar bajo las estrellas y cazar que está en nuestro ADN. Además, la fogata es un elemento que nos iguala a todos»
Se hace evidente que la caza es un medio de conexión con la gente y con la tierra en cualquier lugar del mundo al que viaja. «Es la aventura definitiva», afirma, y confiesa son las experiencias de caza más auténticas las que más se le quedan grabadas en la memoria. Cazar con auténticos nómadas en Mongolia durante dos semanas supera, sin duda, un par de días en hoteles de lujo y vehículos todoterreno de alta gama sentándose alrededor de una fogata compartiendo historias —y, quizá, alguna que otra exageración— con otros cazadores, tal como el hombre ha hecho durante milenios.
«Hay algo en estar bajo las estrellas y cazar que está en nuestro ADN. Además, la fogata es un elemento que nos iguala a todos. En el campamento, al final de un largo día, ya sea de éxito o fracaso, no importa cuánto dinero tengas en el bolsillo. Todos somos iguales, y es, obviamente, una gran escapatoria de las tonterías del mundo. Hoy en día la gente se guarda demasiado lo que piensa, y yo quiero dejar claro por qué la caza es tan importante», manifiesta con orgullo.

Un cazador global
Don cuenta con una impresionante lista de cacerías y aventuras al aire libre en todos los rincones del mundo, pero su viaje a Inglaterra la pasada primavera fue su única cacería dedicada al corzo y su primera oportunidad de recechar muntjacs.
El trío cazó en Oxfordshire en mayo, una época que quizás no es tan icónica como el celo para el corzo pero que para los cazadores apasionados sigue siendo una fecha más que perfecta. La tierra luce los vivos y luminosos tonos verdes de la primavera y los días son lo suficientemente largos como para permitir jornadas de caza exitosas sin privar al cazador de sueño. Las jornadas más cálidas de julio, cuando el celo alcanza su punto álgido, requieren madrugones o esperar hasta la última luz para garantizar encuentros antes de que el sol alcance su máximo esplendor.

«Don y yo tuvimos la suerte de salir de caza cuando los corzos estaban muy activos delimitando sus territorios y corriendo de un lado a otro, así que podías ver qué teníamos en el coto. Además, había menos cobertura vegetal porque la hierba y los cultivos, aunque parecían crecer ante nuestros ojos, aún no estaban tan altos, así que podías ver qué animales había sin ningún problema», aclara Marc.
Las tierras en las que Don y Marc cazaron son gestionadas meticulosamente por Alex, quien pasa los primeros meses de primavera haciendo recorridos de reconocimiento para evaluar el estado de los corzos tras el invierno.
Antes de que lleguen los invitados ya tiene una idea clara de qué ejemplares quiere abatir y por qué. «En cualquier tipo de caza lo primero y más importante es la gestión. Estuve cazando con Don durante dos días y medio e hicimos cuatro o cinco salidas. Tiramos algunos corzos viejos de descaste, animales que Alex había identificado como próximos al final de sus vidas naturales», nos contó Marc al final de la cacería.
«Uno de los corzos que abatimos tenía una pata engangrenada. Hicimos lo correcto. Estos lances nos recuerdan por qué estamos aquí. Cazar en este paisaje legendario es clave para conservarlo para el futuro»
Una herramienta de gestión
Siempre hay discusiones sobre el papel clave del cazador, actuando como administrador de la tierra y de los animales que caza. Conservar, proteger y preservar implica, en ocasiones, apretar el gatillo. «Estamos eliminando de manera ética a los viejos, los enfermos y los heridos y gestionando el excedente poblacional», nos cuenta Marc. «Mi hija me pregunta cómo puedo amar a los corzos y, aun así, disparar. Y mi respuesta es que al cazarlos estamos preservando el futuro saludable de la especie, y esta cacería en particular lo demuestra».

Don asentía con la cabeza y no dudó en expresar su opinión al respecto: «Uno de los que abatimos estaba en un estado terrible. Tenía una pata con una herida grave y engangrenada, así que hicimos lo correcto. Estos lances nos recuerdan por qué estamos aquí. Hoy hemos cazado en un paisaje legendario, algo que es clave para poder conservarlo para el futuro».
El sentido de comunidad de Donald Trump Jr.
Además de compartir su ética sobre la caza Marc disfrutó de la oportunidad de mostrarle a Don una faceta poco conocida de Inglaterra en una de sus épocas favoritas del año. «Siempre disfruto llevando a la gente a cazar en mayo, o simplemente a cazadores que nunca han recechado en el Reino Unido antes, porque es fascinante ver su reacción. Siempre me dicen: ¡Dios mío, no puedo creer que estemos en Inglaterra ahora mismo! Ha sido genial pasar tiempo con Don, tiene un gran sentido del humor, es directo con sus opiniones y manejó mi Rigby Highland Stalker con facilidad. Disparó realmente bien». «¡Cuatro disparos, cuatro animales cobrados!», añade Don con una sonrisa.
Marc comparte el sentimiento y reflexiona sobre lo que nos impulsa a dejar la comodidad del sofá y salir a la naturaleza. «Creo que la razón por la que cazamos es, a menudo, el sentido de comunidad y el tiempo que pasamos juntos. Es algo que nos toca muy dentro». «Puedo decir con certeza que he arruinado muchas grandes jornadas de caza apretando el gatillo,» añade Don riendo, «no porque haya fallado o lo haya hecho mal, sino porque a veces es una pena romper la magia disparando. Pero, al final del día, para eso estamos ahí: para cazar. Ese es el propósito».
Puedes ver el artículo completo con más imágenes en la edición de Jara y Sedal de abril de 2025.