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DIMA es la cita

Un año más, y van veinticuatro, cazadores y pescadores celebrarán el próximo día 19 su fiesta anual en Dima junto a todos aquellos que simpaticen con estas prácticas sean de donde fueren. Y es que nadie de ningún lugar que se tenga por conocedor de estas artes puede decir que el cazador y pescador vasco como otros, no ha denotado un exquisito comportamiento, correspondiendo con generosidad allá donde ha pescado o cazado. Bien sea tras las bravas perdices, las misteriosas becadas, el escurridizo corzo, el bravo jabalí, las complejas pintonas,… Sin engañar a la pieza, mano a mano con los cazadores y pescadores del lugar, unidos por las mismas aficiones e iguales inquietudes. Cazadores, pescadores y gente del campo ven dolidos y cabreados como se les margina y se legisla escuchando a gente anticaza y a quienes desconocen el sentir y el pulso del campo y de la caza. El momento es crucial para cazadores y pescadores. Todo apunta a un ensañamiento brutal hacia ambos colectivos. Dima es la cita para decir hasta aquí hemos llegado. Su mejor garantía para la continuidad de sus aficiones. El próximo sábado víspera de la fiesta les detallaré todas las actividades que se celebrarán en Dima así como los fabricantes e importadores de armas de caza que expondrán sus últimas novedades. Los directivos de las sociedades cuya labor muchas veces es poco reconocida por esos que exigen milagros sin aportar nada, tendrán como siempre un tratamiento especial, faltaría más. Cualquier necesidad que se les presente pueden solicitarlo a la organización.
La primavera eterna promesa de futuro nos ha deparado en forma de abundantes lluvias unos campos y montes preciosos donde el cereal y los pastizales han alcanzado su máximo esplendor. Esperemos que allá por julio, llueva también un poco y las bellotas tanto de haya, roble, encina y alcornoque crezcan correctamente. Este resurgir de la Naturaleza revierte de manera importantísima en el devenir de especies mayores y menores. Jabalíes, corzos, ciervos, gamos, muflones, monteses, arruis y en menor medida rebecos experimentan con la montanera al igual que las torcaces pura energía para soportar las penurias del invierno. En cuanto a las menores, en principio, la abundancia de vegetación cobija un sin fin de invertebrados, soporte alimenticio de perdigones durante su primer mes de vida.

       
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