La caza es todo un arte que el hombre lleva milenios perfeccionando. Desde las cavernas hasta la actualidad han sido muchísimos los hombres que han tratado de inmortalizarla en sus pinturas. Genios como Goya o Rubens entregaron sus pinceles a este reto, y el resultado fue fascinante…Disfruta de esta selección de lienzos que, además, podrás encontrar en el Museo Nacional del Prado de Madrid.
12/9/2016 | Redacción JyS
Bodegón de caza: liebre y varias aves, de Mariano Nani
Nani, pintor napolitano del siglo XVIII, se especializó en inmortalizar escenas de caza. Suyos son este y otros once bodegones propiedad del Museo del Prado. En este cuadro podemos ver una percha compuesta por una liebre y varias aves.
Ciervo acosado por una jauría de perros, de Paul de Vos
De Vos, pintor flamenco del siglo XVII, retrató con maestría grandes escenas de la actividad venatoria llevada a cabo por la aristocracia del momento. Aquí podemos admirar un agarre interpretado por los pinceles de este genio. De Vos supo plasmar como pocos la plasticidad y fiereza de los perros, así como la fuerza del venado que trata de deshacerse de los canes.
Diana y sus ninfas cazando, de Rubens
El que fuera el pintor favorito del rey Felipe IV inmortalizó en esta ocasión una escena mitológica donde se puede ver a Diana, la diosa romana de la caza y la naturaleza, participando en un lance junto a sus ninfas.
Jabalí acosado, de Frans Snyders
Este agarre a un jabalí fue retratado por el flamenco Frans Snyders, cuñado del también pintor Paul de Vos. Al igual que su familiar, Snyders se dedicó a inmortalizar escenas naturales, como esta en la que se ve un lance de caza mayor.
La visión de San Huberto, de Rubens
El pintor de Amberes logró con gran maestría escenificar mediante la pintura la leyenda de San Huberto. Esta historia cuenta como Huberto de Lieja, hijo del duque de Aquitania, se encontraba cazando, actividad a la que se encomendó tras morir su mujer, cuando de repente se le apareció un ciervo con una cruz entre la cuerna. Cuenta la leyenda que Dios habló entonces a Huberto, y este consagró su vida a la contemplación religiosa.
Milano con un grupo de aves muertas, de José del Castillo
Este pintor madrileño del siglo XVIII logró como pocos reflejar la belleza de las aves rapaces, fieles compañeras e indispensables en el noble arte de la cetrería. En este cuadro podemos ver un milano junto a una buena percha de aves.
Montero con perros, de José Moreno Carbonero
Maestro entre otros de Dalí o Juan Gris, Moreno Carbonero, de la escuela de Bellas Artes de Málaga, retrató a este montero, que era la persona que guiaba a los perros (y aún sigue siendo así en algunas zonas del norte peninsular) durante las cacerías.
Partida de caza, de Goya
El autor de ‘El 3 de mayo en Madrid’, ilustra de una manera inigualable una escena en la que se pueden ver distintas modalidades de caza. En este cuadro del pintor aragonés, se muestra la caza de liebres con galgo, la caza con perro de muestra y el tiro al vuelo -algo que en la época era considerado sumamente difícil-.
Perros en traílla, de Goya
El descanso del guerrero, eso es precisamente lo que muestra este cuadro pintado por Goya y Lucientes en 1775. En este lienzo se puede ver una collera de perros relajados al lado del morral y las armas de sus dueños, que en aquella época eran de avancarga y utilizaban pólvora negra para realizar los disparos.
Un galgo al acecho de Paul de Vos
De Vos logró recoger la esencia de la actividad venatoria como pocos, tanto si se trataba de una escena de caza mayor, como si lo era de menor. Aquí puedes ver un galgo oteando la distancia, esperando que salte la liebre.
