La sarna sarcóptica es una enfermedad que está muy extendida y pone en peligro la conservación, el bienestar y el manejo de la vida silvestre. La provoca el ácaro Sarcoptes scabiei, el cual afecta a un gran número de especies de mamíferos. Ahora, el uso de cámaras de fototrampeo ha permitido un gran descubrimiento en relación a esta afección.

En el caso del zorro común o zorro rojo (Vulpes vulpes), estos animales pueden infestarse por vías directas e indirectas que generarían lesiones cutáneas externas potencialmente reconocibles con dispositivos como son las cámaras trampa.

cámara trampa
Un cazador coloca una cámara trampa. © Jara y Sedal

Recientemente, un estudio publicado ha sacado a la luz, justo con el uso de cámaras de fototrampeo, una alta prevalencia de sarna sarcóptica en zorros del norte de España. En la realización de dicha investigación ha participado la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León, el Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Oviedo y la Universidad de Turín.

Una prevalencia aparente del 19,16%

Para ello, se colocaron al azar 86 cámaras, con el objetivo de investigar la prevalencia aparente y la gravedad de este ácaro en una población de zorros del norte español. De igual modo se hizo una evaluación de los posibles impulsores ambientales y relacionados con la población.

Fueron un total de 341 encuentros independientes los examinados para identificar visualmente lesiones compatibles con la sarna. Con esto, la investigación destapó una prevalencia aparente del 19,16%, de los que el 82,81% fueron graves.

En tales términos, los investigadores han explicado que sus resultados «revelaron que los atributos del hábitat, como altitudes más bajas, mayor cobertura de hábitats vinculados al agua y predominio de bosques, fueron predictores significativos del riesgo aparente de sarna».

Cámaras de fototrampeo como herramienta de vigilancia de enfermedades

Asimismo, los modelos también apuntaron que la aparente prevalencia de la sarna podía asociarse con una mala condición corporal y elevadas frecuencias de coincidencia espacial entre los encuentros con zorros, algo que facilitaría la transmisión directa.


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«Curiosamente, no observamos lesiones compatibles con la sarna en otras especies silvestres simpátricas (>15.000 encuentros examinados). Esto podría explicarse por la especificidad del huésped del ácaro y la baja probabilidad de que estos otros huéspedes potenciales utilicen sitios donde suele ocurrir la transmisión entre zorros, como las guaridas», han matizado.

Por último, los investigadores han indicado que el estudio muestra cómo las cámaras trampa pueden usarse como una herramienta de vigilancia de enfermedades de la fauna salvaje. Así se superarían las limitaciones logísticas derivadas del muestreo directo y se permitiría, por lo tanto, la detección temprana y una mejor gestión de patógenos en las zonas de mayor riesgo.