A falta de realizar el análisis correspondiente, todo apunta a un brote del virus de Newcastle. 
26/6/2018 | Redacción JyS

tortolas muertas
Técnicos del Ayuntamiento de Barcelona recogen tórtolas muertas en el Poble-sec. / El Periodico

En los últimos días, decenas de tórtolas turcas han aparecido muertas en el parque del Mirador del Poble-sec, en la ladera de Montjuïc (Barcelona). 
No se trata de que el control de la población de palomas, cotorras o gaviotas que realiza el consistorio se haya extendido a esta especie exótica invasora, sino con casi total seguridad, tal como ha informado El Periodico -aunque aún a falta de realizar el análisis correspondiente- de un brote de un virus aviar que afecta a esta especie, el virus de Newcastle.
La alarma saltó tras la alerta que dieron al Ayuntamiento de Barcelona los vecinos del barrio y los trabajadores de las cercanas instalaciones de Parcs i Jardins. Bajo los árboles no dejaban de aparecer tórtolas desplomadas en el suelo.
Fuentes municipales han informado al citado medio que se dio el aviso a la Conselleria d’Agricultura, cuyo Servei de Sanitat Animal es el responsable de identificar la causa de la mortandad y tomar las medidas oportunas.

El virus no es peligroso para los humanos

Según el consistorio, desde la Generalitat se informó al Ayuntamiento que todo indicaba que se trata de un brote del virus de Newcastle. A partir de ese momento, operarios del servicio de retirada de animales muertos, que forma parte de la contrata de limpieza urbana, han procedido a acudir periódicamente al parque para retirar las tórtolas caídas de los árboles. Los vecinos han podido ver cómo en cada una de sus visitas llegan a retirar una bolsa llena de estas aves. 
El virus de Newcastle, bautizado así porque se detectó por primera vez en 1926 en esta ciudad inglesa, procedente de la isla de Java, ha provocado también la muerte de cientos de tórtolas en los dos últimos dos años en puntos de Málaga, Cádiz y Huelva. El virus es transmisible a otras aves, incluyendo las palomas y las de corral (en los años 70 llegó a acabar con 12 millones de gallinas en EEUU) y en caso de contacto a lo sumo puede provocar síntomas leves, similares a una conjuntivitis o una gripe, en las personas.
Un estudio del CREA, el IRTA y la UAB del 2016 recogía, desde el año 2010, 26 episodios de mortalidad de aves a causa de este virus, sobre todo en las prolíficas tórtolas turcas y sin que en ningún caso se hubiese producido el temido contagio a las aves de corral.