Browning acaba de lanzar al mercado la segunda generación de uno de sus rifles de mayor éxito: el X-Bolt 2. Se trata de una evolución de su exitoso cerrojo X-Bolt, el cual fue introducido en el mercado en el año 2008, y que incorpora importantes novedades para hacerlo más preciso, resistente y ergonómico que su predecesor. Para su presentación la firma belga convocó a la prensa especializada de Europa el pasado mes de febrero en Escocia, un evento al que acudí en representación de Jara y Sedal y en el que iba a tener la ocasión de poner a prueba las novedades de esta compañía en dos jornadas de caza apasionantes.
Digo novedades porque además del rifle el grupo aprovechó para dar a conocer su nueva munición sin plomo: la Winchester Copper Force. Se trata de un cartucho que carga una punta fabricada completamente en cobre y diseñada para la caza de cérvidos pequeños y grandes. Por este motivo tendríamos la ocasión de probarla sobre los corzos y los ciervos escoceses, dos especies que abundan en la isla.

Cazando con silenciador
Una de las cosas que harían diferente para mí esta experiencia era tener la ocasión de recechar corzos con silenciador, un accesorio legal en Reino Unido pero prohibido en España. Aunque sí he podido cazar otras especies en otros países utilizando moderador de sonido, nunca antes lo había empleado con el duende del bosque. Por este motivo, elegí para la cacería la versión Nordic Vari-Tech Modna ajustable del X-Bolt 2, cuyo cañón corto está diseñado para incorporar el moderador de sonido Iridium IR30 300 M14 que fabrica la propia marca. El entorno elegido por Browning no podía ser mejor: nuestra aventura comenzó en Gordon Castle, un castillo ubicado en el noreste de Escocia, cerca del río Spey, una zona famosa por su pesca del salmón. Originalmente, fue una de las mayores casas señoriales de Escocia y perteneció al Clan Gordon.
Caza de corzas
Como en España, febrero es un mes perfecto para hacer gestión poblacional de hembras de corzo en Escocia. Esta especie es particularmente abundante en las inmediaciones de Gordon Castle. Esta zona es llana y está repleta de granjas y campos de cultivo en las que, además de corzos, es fácil ser sorprendido por liebres y faisanes durante el rececho.
El primer lance no tardó en llegar. El guarda, conocedor de aquellas tierras, nos llevó junto a una pareja de corzas que comían en la zona de siembra. Los animales estaban mosqueados, por lo que no tuve más remedio que echar cuerpo a tierra. Lo hice sobre un charco, por lo que mis pantalones se empaparon. Por suerte, llevaba la chaqueta Smock Ultimate Pro que nos había facilitado Browning. Después de una espera interminable, la corza me regaló unos segundos de quietud y pude apretar el gatillo.

El rey salmón
Tras el lance nos desplazamos hasta el río Spey, donde pasamos el día disparando al blanco y tratando de pescar a mosca uno de los famosos salmones de la zona, a la espera de una nueva oportunidad por la tarde. No tardamos en tener ocasión de disparar sobre una hembra bastante grande y vieja, que cayó tras correr unos metros.
Recechando en las Highlands
La segunda jornada fue más especial: íbamos a recechar ciervos en las Highlands de Escocia. A pesar de su aspecto amable, cazar en estas montañas sin árboles tiene su dureza: el desnivel, el brezo y el musgo dificultan cada paso.
Durante el ascenso descubrimos una antigua tumba vikinga con el mar del Norte como fondo. El guía nos enseñó que los antiguos pobladores usaban las raíces del Sphagnum capillifolium para obtener agua dulce, algo que puso en práctica Adrien Koutney, responsable de prensa de Browning. A pesar de encontrar rastros recientes, no vimos ningún ciervo por la mañana. El guarda decidió cambiar de zona y, tras comer un bocadillo, ascendimos por un área más boscosa. Cuando el viento cambió, una pelota de ciervos nos olió y se esfumó colina arriba.

Con el día ya avanzado, ascendimos una última colina con la idea de sorprender a los ciervos en alguna depresión. Finalmente, el guarda optó por una espera frente a un bosque, aguardando su salida al pasto. Esta vez sí, el plan salió bien. A los 30 minutos apareció una pareja de corzos. Luego, en la ladera opuesta, varios ciervos comenzaron a pastar, pero estaban demasiado lejos.
Una vieja hembra
Con la luz casi extinguida, escuchamos pasos. Una hembra vieja apareció y el guarda me indicó que podía disparar. Aunque el tiro era frontal, apunté al pecho y la Copper Force voló implacable. Corrió menos de 40 metros antes de caer. Este lance puso el broche a una experiencia en la que Browning ha demostrado que, además de fabricar armas y municiones de calidad, también sabe cómo organizar una presentación a su altura.
Aquí tienes el vídeo del viaje. ¡Disfrútalo!