Cuando un jabalí (Sus Scrofa) o cualquier otra especie de caza mayor decide romper por tu postura acosado por una rehala en una montería no hay tiempo para buscar el apoyo necesario que ofrecen los trípodes modernos. Todo sucede en décimas de segundo, y es imposible tener una estabilidad garantizada como cuando disparamos en un rececho. Para responder a este tipo de necesidades la marca alemana Sauenhammer nos ofrece una solución: una correa corta que se instala en la anilla portafusil delantera de tu rifle. Una vez colocada, sólo tienes que introducir tu muñeca izquierda –si eres diestro– y tensar la correa al encarar el arma para conseguir una estabilidad casi total en disparos en movimiento.

Disponible en dos materiales diferentes, nailon y neopreno, y distintos colores para elegir el que mejor se adapte a la estética de nuestro rifle, este no es el único uso de la correa Sauenhammer, tal y como demuestra la marca a través de su cuenta de YouTube. Además de servir como apoyo durante un rececho –ver recuadro de la derecha–, uniéndola un gancho jamonero en forma de ‘S’ será de gran ayuda para sacar un jabalí del monte. Sólo tendrás que clavar uno de los extremos del gancho en la quijada del cochino, ‘acoplar’ la correa al otro extremo y tirar.

Correa Sauenhammer: útil también en rececho

Aunque lo más adecuado en esta modalidad es hacer uso de un trípode extensible o de un bípode acoplado a la parte delantera de tu rifle, la correa Sauenhammer también nos permite efectuar un disparo rápido en rececho con una estabilidad notable. Cómo podemos ver en la imagen, basta con pasar la mano a través de ella y apoyarla en el tronco de un árbol para conseguir un apoyo lo suficientemente estable para afrontar un lance con garantías.

Así probamos la correa Sauenhammer

Para poner a prueba la correa Sauenhammer elegí el rifle de cerrojo de mi mujer, un Weatherby Vanguard muy ligero y manejable que monta además un punto rojo de la marca Aimpoint. La caja del arma está camuflada en tonos verdes y marrones, por lo que elegí la versión SH1 de color verde y fabricada en nailon. El puesto de la montería, que se celebraba en la provincia de Ávila, era precioso, ubicado en lo alto de una gran roca de granito desde la que se podían divisar varios prados entre los ramos. El día era perfecto: sol la mayor parte del tiempo y apenas viento. Tan sólo quedaba aguardar…

Los perros saltaron a nuestra espalda y en pocos minutos alcanzaron nuestra posición. En la parte más baja teníamos un mar de retamas, el encame perfecto para los jabalíes, pero me sorprendió que no levantaran ninguno. Pasaron y volvió el silencio, cuando de pronto mi mujer me avisó: un buen jabalí había dado la vuelta a las rehalas y trataba de escapar sin ser visto. Me preparé para la acción. Coloqué de forma firme mi mano izquierda en el Sauenhammer, tensé la correa y le esperé con el punto rojo en una de las pocas ventanas de tiro que el monte me ofrecía. El cochino apareció trotando y, a 90 metros, un balazo colocado detrás de la oreja consiguió frenar su huida.

Mi primera experiencia con las correas Sauenhammer no pudo ser mejor. Fue prácticamente como tirar apoyado sin el incordio de tener un trípode delante de ti, y gracias a su diseño pude disparar en movimiento con una estabilidad imposible de conseguir en este tipo de lances monteros.