En los últimos días, y sobre todo tras la noticia de que el lobo se seguirá cazando en Castilla y León para controlar sus ataques al ganado, se ha hecho viral una demoledora conversación mantenida por Félix Rodríguez de la Fuente con un pastor sobre el lobo. «Si a ustedes el Gobierno no les indemniza tienen el derecho de destruir a esos lobos», dice el mítico naturalista que ha sido el gran icono del ecologismo en las últimas décadas en su programa radiofónico ‘La aventura de la vida’.
«He dicho y repito que en aquellas regiones de España donde el lobo cause daños en la ganadería no hay más que dos caminos: o atacar a los lobos o indemnizar a los propietarios del ganado. Si a ustedes el Estado no les puede indemnizar lo que los lobos destruyen en sus ganaderías, ustedes no solamente tienen el derecho sino la obligación de destruir esos lobos», defiende Rodríguez de la Fuente conversando con el ganadero.
«Organicen las correspondientes batidas para controlar a esos lobos»
Y sigue ahondando en la problemática que, allá por los años 70, ya acechaba a la ganadería española: «Tenemos que saber otra cosa: si son lobos, o son perros asilvestrados. Si son lobos, yo le aconsejo que vaya usted de mi parte al ICONA y diga que con los permisos del Gobierno y de los vecinos de la zona se organicen las correspondientes batidas para controlar a esos lobos que les están dejando a ustedes sin pan», le dice Félix al ganadero.
«Ustedes deben organizar las oportunas batidas para evitar que esos lobos les coman la carne o el estado español tendrá que organizar una política para que se les indemnice por las cabezas de ganado», añade en la locución.
Un fondo para indemnizaciones
Y pone el ejemplo de entonces en Italia: «Allí se ha hecho una cosa que trataré de poner en marcha en España: con donativos privados se ha organizado un fondo verdaderamente importante para indemnizar a las personas que han perdido reses como consecuencia de ataques de lobos u osos. En España habrá que llegar a algo parecido: indemnizaciones o remitir los lobos a aquellas zonas donde no causen daños o problemas a nadie», afirmaba entonces visionario Félix Rodríguez de la Fuente.