El tiempo es oro y no siempre disponemos de varias jornadas para estar pegados a la orilla. A continuación te mostramos unos breves consejos para esos días en que solo puedes echar la caña un rato.
11/7/2019 | Juan Carlos García
En muchas ocasiones los quehaceres solo nos permiten salir un pequeño rato -que suele ser una mañana, una tarde o simplemente unas horas- para pescar. ¿Cómo sacar rendimiento a una minisesión? ¿Qué llevar y poner en el anzuelo para poder pescar? ¿Por dónde moverse? Te lo contamos.
La observación es lo primero
Tengo una mañana libre de pesca y estoy como loco por pescar algo. Pues bien, antes de ir a una zona sin haberla visitado previamente no suele dar buenos resultados. Como consejo siempre deberíamos ir unos días antes para observar presencia de pesca, saltos, burbujeos, movimientos en el agua… esto ya es un indicativo de que vamos bien encaminados.
Si posteriormente a esto le añadimos un cebado previo, las posibilidades de éxito aumentan. Una vez hecho el trabajo de campo, podemos comenzar por plantearnos el ahorro de tiempo, equipo y cebado.
¿Cómo afrontar mi minisesión de pesca?
En estas minisesiones de pesca lo que prima es el ahorro de muchas cosas. Para empezar hay que reducir equipo y material de cebado. En segundo lugar, interesa llevar los montajes y cebos preparados, para que nada más llegar al puesto sea lanzar y esperar.
Yo suelo llevar mis bolsas de pva o mallas con el cebo en el anzuelo colocado, con el que previamente cebé días antes. También suelo llevar picas en lugar de trípode con las alarmas y tensores ya colocados. Incluso llevo otros montajes preparados por si hubiera una picada rápida y no perder el tiempo en preparar todo este menester. ¡Recuerda que que el tiempo es oro!
¿Qué cebos empleo?
Lo ideal sería pescar con aquello con lo que hayamos cebado días antes, si esta acción no la hemos podido realizar yo siempre recurro a cebos que actúan más rápidamente. Estos no son otros que cebos solubles, éstos tienen la particularidad de soltar antes sus aromas, harinas y aceites. Sobre todo cuando el agua está más caliente es cuando mejor van a funcionar, aunque para aguas frías también son muy recomendables.
Otro cebo el cual siempre viene conmigo en pescas rápidas es el pellet. Un cebo con un poder de atracción increíble, suelta el aceite de forma casi instantánea y el pez lo toma como si fuera comida natural.
Tampoco olvidéis a las semillas tales como la chufa y el maíz, unos cebos que apuestan siempre muy alto y que pocas veces fallan, aunque a veces con estos cebos la pequeña minitalla no la podamos evitar.
¿Conviene cebar en la minisesión?
En función de la época del año. Yo diría que para primavera y verano sí interesa meter algo de cebo antes de lanzar las cañas y en el lugar que previamente hayamos elegido. Un poco de semilla, juntos con algunos pellet y boilies del mismo sabor y partidos por la mitad siempre será algo irresistible para llamar a la pesca.
Por el contrario, en invierno y en el otoño avanzado esto se debería reducir, ya que el pez ralentiza su metabolismo e ingiere menor cantidad de alimento. Lo que hay que tener en cuenta es que ese cebado debe ser reducido en cantidad, pero ¿cuánto? Esto es muy relativo, dado que en cada escenario puede haber una determinada cantidad de pesca.
Pero… ¡me voy a mojar! Os puedo decir que con un par de puñados de semilla, 8 o 10 pellets o bien 8 o 10 bolas (según lo que tengamos en nuestro anzuelo) debería ser suficiente para poder arrancar una picada temprana.
Si a todo esto le añadimos una malla o bolsa de PVA, las posibilidades de éxito aumentan. Daros cuenta que lo que tratamos es de arrancar una picada en pocas horas, y que los cebos que utilicemos deben ser los más suculentos para el pez y no para nosotros.