La mayoría de los cazadores usan la técnica del balanceo para realizar sus disparos. Es fácil e instintivo: empiezas el movimiento apuntando a la parte trasera del animal y recorres su anatomía hasta pasado el pico. Entonces disparas. Este método es el más efectivo para pájaros que salen de cerca, a menos de 30 metros, pero resulta más difícil cuando se trata de un tiro cruzado a mayor distancia.

Hay otros dos métodos que funcionan a la perfección a larga distancia. El primero consiste en apuntar un poco por delante del pico y continuar moviendo el arma hasta que el hueco sea suficiente, teniendo en cuenta la velocidad del ave, y entonces apretar el gatillo. El segundo consiste en apuntar al pico y continuar el movimiento hasta que haya espacio suficiente.

La gran diferencia entre la primera técnica y las otras dos es que en la primera se puede precipitar el cazador a la hora de disparar, ya que se ve el cañón por detrás de la pieza, mientras que en las dos últimas éste siempre va por delante de las aves.

Puede parecer algo difícil, pero no lo es tanto, sólo se necesita práctica. Y para ello nada mejor que ir al campo de tiro. Además aquí van algunos consejos.

No midas

Nadie calcula las distancias de la misma forma, lo que a ti te parece un metro a otro cazador le puede parecer más. Como norma general apunta al pico de las aves para disparar en condiciones y distancias normales, si sale más alejada entonces dobla la distancia.

Se trata más de una cuestión de confianza y práctica, que de distancia en sí. Cuanto más dispares, mayor será la mecanización de los tiros, y será entonces cuando dejes de pensar en distancias exactas. Si te paras a pensar entonces los tiros se te quedarán traseros, nunca pares el movimiento del arma hasta que la pieza caiga.

Mantén la concentración

No pierdas de vista la pieza. Debes ver con nitidez el pájaro por delante del cañón, del que se debe encargar tu visión periférica. Fíjate en todos los detalles del animal, los ojos, las plumas del cuello, el pico… Todo ello te ayudará a mantener la concentración. Cuanta más información reúna tu cerebro sobre la pieza, mayores serán tus probabilidades de acertar.

Mantente en línea

Es crucial seguir la línea descrita por el ave en su vuelo, de lo contrario fallarás. Si te mantienes en línea tienes más probabilidades de acierto, incluso si no adelantas correctamente. Según vayas moviendo el arma, mantén la boca del cañón de forma que te permita ver la pieza en todo momento.

Sincroniza tus movimientos

Mueve el arma casi al mismo tiempo que se mueve la pieza, y no dejes de moverla hasta que la pieza caiga –o se vaya fuera de tiro-. Ahora bien, siempre adelantándote a su trayectoria, sin apresurarte. Si sincronizas tus movimientos con la pieza, te parecerá que todo se ralentiza, y las cosas serán más sencillas.

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