La Comunidad Valenciana ha dado luz verde a un conjunto de medidas que suponen un importante cambio en la política cinegética autonómica. Fruto del acuerdo entre PP y Vox en el marco de la tramitación presupuestaria, se rebaja en un 61,5% el precio de la licencia de caza tipo A, pasando de 12,99 a 5 euros, y se eliminan las tasas para organizar batidas en áreas con alta densidad de jabalíes, arruíes o ciervos.
Estas medidas, que han sido impulsadas con fuerza por Vox y aceptadas finalmente por el PP, se presentan como una forma de incentivar el relevo generacional en el mundo cinegético y aligerar el impacto económico sobre los cazadores. El argumento central ha sido la necesidad de fomentar los controles poblacionales ante una fauna silvestre que provoca daños agrícolas valorados en más de 50 millones de euros.
Más facilidades para el cazador
La rebaja en la tasa de la licencia autonómica tipo A, la más común entre los cazadores, no es la única novedad. La nueva normativa incluye también la exención de tasas para batidas y monterías en zonas afectadas por sobrepoblación de especies. Esto permitirá actuar de forma más eficaz frente a los crecientes conflictos entre fauna y agricultura o ganadería.

Desde la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana (FCCV) se ha acogido con satisfacción este paquete de medidas. La entidad señala que los cambios ayudarán a «facilitar los controles poblacionales de especies en beneficio de la agricultura, ganadería, seguridad vial, prevención de epizootias y zoonosis, endogamia genética y lucha contra la despoblación rural».
Cambios estructurales en la Ley de Caza
Según detallan a Jara y Sedal fuentes de la FCCV, además de los aspectos fiscales, se han introducido reformas de fondo en la Ley de Caza valenciana. Entre ellas destaca la posibilidad de ampliar los cotos integrando terrenos rústicos colindantes que actualmente no están acotados, lo que permitirá una gestión más eficiente del territorio.
Otra medida importante es la creación de nuevas modalidades de licencias, adaptadas tanto a periodos concretos —como días sueltos— como a modalidades específicas, lo que podría potenciar el turismo cinegético y facilitar la práctica puntual a quienes no cazan de forma habitual.
También se han introducido mecanismos para facilitar las acciones colectivas de caza mayor simultáneas, mejorando la operatividad y eficacia en los controles poblacionales. Igualmente, se ha buscado una mayor seguridad jurídica en torno a las zonas de seguridad, para evitar confusiones y conflictos legales en las actuaciones sobre el terreno.
La reforma, fruto del entendimiento entre las dos formaciones, se enmarca en un contexto de creciente preocupación por los daños de la fauna cinegética y el papel clave que puede jugar la caza ordenada en su control.