Con los primeros precintos del año ya utilizados por numerosos cazadores, el campo se llena de oportunidades para quienes disfrutan del rececho del corzo (Capreolus capreolus). Las siembras verdes y los nuevos brotes se convierten en el escenario perfecto para observar a los machos y evaluar sus trofeos. Si ya has abatido uno, probablemente te hayas hecho una pregunta clave: ¿Cómo se mide y puntúa un trofeo de corzo?
La longitud de las cuernas, primer paso

Uno de los criterios más importantes a la hora de valorar un trofeo de corzo es la longitud de sus cuernas. Para obtenerla correctamente, es fundamental emplear una cinta métrica flexible que siga la curvatura exterior del trofeo, desde la base externa de la roseta hasta la punta más elevada. La medición debe hacerse presionando bien la cinta para que se adapte a la forma natural del cuerno.
Es importante tener en cuenta que las protuberancias anormales que puedan presentar las bases o las rosetas no deben incluirse en la medición. Solo así se obtiene un valor real que permita una evaluación objetiva del trofeo.
El peso: limpio, exacto y con correcciones

El segundo criterio clave es el peso del cráneo. Para ello, el trofeo debe estar totalmente limpio, sin restos de piel, pelo o cartílago. Existen tres formas habituales de presentación: con el cráneo completo, con el cráneo serrado a la altura de la dentadura superior, o únicamente con el frontal.
Cada una de estas opciones implica una corrección del peso total. Si se presenta con el cráneo entero (sin mandíbula inferior), deben restarse 90 gramos. En el caso de los cráneos serrados a la altura de la dentadura superior -una forma típica de Europa central pero poco extendida en España- la resta será de 65 gramos. Si solo se muestra el frontal, no es necesario realizar corrección alguna.

El volumen, un dato que requiere técnica
Medir el volumen de las cuernas es una de las partes más técnicas del proceso. Este valor se obtiene mediante inmersión en agua, introduciendo las cuernas hasta las rosetas, que también se sumergen. El cráneo y los pivotes deben quedar fuera del agua para que el resultado sea válido.
La manera más precisa y rápida de obtener este dato es mediante una balanza hidrostática. Primero se pesa el trofeo en seco y después se repite la operación con las cuernas sumergidas. La diferencia entre ambos pesos corresponde al volumen en centímetros cúbicos.

La belleza también cuenta
Además de las medidas físicas, se valoran una serie de aspectos estéticos agrupados bajo el concepto de belleza del trofeo. Aquí se evalúan factores como el color, el perlado, la forma de las rosetas, la envergadura y el desarrollo de las puntas.
Cada característica tiene su propia escala de puntuación. En cuanto al color, las cuernas claras o teñidas suman 0 puntos; si son amarillentas o de color marrón claro, 1; las marrones, 2; si son de color marrón oscuro mate, 3; si son oscuras, casi negras, 4.

Por su parte las rosetas si son débiles, delgadas y bajas no puntúan; las medianas en forma de cordón y ligeramente perladas, 1 punto; buenas, en forma de corona y bastante altas, 2 puntos; gruesas, anchas y altas, 3 puntos; muy gruesas, 4 puntos.
En cuanto al perlado, si el trofeo apenas posee perlas no puntúan; las débilmente perladas, 1 punto; medianamente perladas, 2; bien perladas con perlas pequeñas en toda la cuerna, 3 puntos; muy bien perladas con perlas importantes en toda la cuerna, 4.
La envergadura por su parte es la máxima separación entre las dos cuernas del corzo. Si es inferior al 30% del promedio de la longitud de las cuernas o superior al 75% no puntúa; del 30 al 34,9% recibe 1 punto; 35-39,9%, 2 puntos; 40-44,9%, 3 puntos; y 45-74,9%, 4 puntos.

Por último, las puntas bien definidas, blancas y puntiagudas suman 2 puntos. Se concede 1 punto para las porosas de desarrollo medio mientras que si son porosas y poco desarrolladas no se puntúan.

Adicionalmente se le puede bonificar o penalizar según la tabla que incluimos al final de este artículo.
Puedes ver todos los pasos anteriores de manera más detallada en el siguiente vídeo:
¿Cuándo se considera medalla?
Una vez tenidos en cuenta todos los aspectos mencionados —longitud, peso, volumen y belleza— se obtiene la puntuación total del trofeo conforme a la siguiente tabla.

Si la puntación final supera los 105 puntos, entra en la categoría de trofeo medallable. A partir de ahí, se distingue entre medalla de bronce (de 105 a 114,99 puntos), plata (de 115 a 129,99 puntos) y oro (desde 130 puntos).
Conocer todos estos detalles no solo permite valorar mejor cada lance, sino también comprender el verdadero mérito detrás de un buen trofeo. Y es que, más allá de su aspecto, la historia que hay detrás de cada corzo y su gestión también cuenta.