El joven rehalero alicantino Juan García Castellanos, de 21 años de edad, cazó a cuchillo durante una montería en abierto el pasado mes de febrero en la provincia de Valencia un jabalí que tenía una peculiaridad especial: en una de sus patas portaba una goma de riego que se le había quedado enganchada meses o quizás años atrás.
Tal y como el joven Juan ha relatado a Jara y Sedal, «no parecía que fuese reciente» sino que «podría llevar varios años ahí, ya que tenía la pata con una malformación» fruto de tener enganchado el plástico durante un largo tiempo en la zona, en la que la carne había seguido creciendo.
«Iba cazando con la rehala y lo engancharon los perros, por lo que cuando fuimos a rematarlo nos encontramos con la sorpresa», afirma García. «No cabíamos un compañero y yo de nuestro asombro», sigue describiendo el momento. «Y es que lo curioso es que el animal no hacía signos raros al caminar ni nada. Andaba con total normalidad», sigue relatando Juan García.
La goma de manguera de riego la tenía encasquillada justo en la parte superior de la pezuña, en una de las patas traseras. El animal, según comenta este cazador de Rehalas El Seco –de la localidad alicantina de Villena- pesaba unos sesenta kilos.
La jabalina con un extraño ‘cuerno’ en su cabeza
Los miembros de la Sociedad de Cazadores ‘Pino de Bureba’ consiguieron cazar el pasado 8 de octubre una jabalina con una protuberancia en la cabeza que parece un ‘cuerno’ o incluso una pequeña «trompa», como definió en declaraciones a Jara y Sedal el cazador que lo abatió, Diego García, que además es el jefe de la cuadrilla. Te lo contamos aquí.