Dos miembros del club de cazadores de Crevillente (Alicante) han salvado a un búho real de una muerte segura. Gracias a la actuación de los dos cazadores, el ave, que se encontraba malherido tras haberse golpeado previsiblemente con un tendido eléctrico, pudo salvar su vida.

El búho real debió chocar contra un poste de luz en la zona de la sierra de Crevillente, y fue encontrado junto al club de tenis de la localidad. Después de ser recogido por los dos cazadores, el ejemplar fue trasladado a las dependencias de la Policía Local, donde acudió un responsable del Centro de Recuperación de Aves de Santa Faz, quien se llevó al búho real para inyectarle suero y mantenerlo en observación.

El animal se recupera satisfactoriamente y una vez pueda de nuevo volver a volar será soltado en su espacio natural. La Federación de Caza de la Comunidad Valenciana ha agradecido en una nota a Estefanía Salinas Peral, concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Crevillente, su colaboración y ayuda en la recuperación del ejemplar herido.

Una vez más, esta actuación sirve como ejemplo del compromiso con la protección del medio ambiente de todos los cazadores de la Comunitad Valenciana.  «Los cazadores somos los primeros que nos preocupamos por el bienestar de los animales y cuando lo encontramos no dudamos en rescatarlo y avisar a las autoridades para que se pudiera recuperar en un lugar seguro», declararon los dos protagonistas.

Otra imagen de los cazadores con el búho rescatado. © FCCV

Un cazador rescata a un búho herido en Valladolid: «Espero que se recupere muy pronto»

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Santiago Sevillano, con el búho rescatado. / S.S.

Al igual que el búho ya mencionado, el jovencísimo cazador vallisoletano Santiago Sevillano Martínez, de 22 años de edad, rescató otro ejemplar de la misma especie que estaba malherido en las cercanías del término municipal de Portillo. El joven se encontraba dando una vuelta por el campo mientras veía corzos cuando, de repente, vio un animal que intentaba echar a volar pero no podía. Se trataba de un búho real: «En cuanto lo vi, sabía que era una especie protegida, por lo que no dudé en llamar al 112 para ver cómo tenía que proceder», explica Santiago a Jara y Sedal.