La medida pretende hacer un control de animales de producción que vivan en condiciones salvajes para terminar con los daños que ocasionan al ecosistema canario a costa de los cazadores.
4/12/2017 | Redacción JyS

cabras
Cabras en Fuerteventura. / Shutterstock

La viceconsejera, Blanca Pérez, ha explicado que la proliferación de este tipo de animales en libertad “se ha convertido en un problema de primer orden” por las repercusiones negativas que tienen en el ecosistema y por los “daños y perjuicios” que provocan tanto a agricultores como a ganaderos.
Como métodos de control se reconocerán la batida, el rececho y la apañada. Las armas permitidas serán el rifle y el arco de 45 libras de potencia o superior y el uso de perros estará permitido.

Los cazadores se muestran contrarios a la medida

El escrito redactado no ha tardado en ocasionar polémica entre los cazadores al sentirse utilizados.
El presidente de la Federación de Asociaciones para la Gestión Cinegética de Tenerife, Antonio Porras, afirmó que el Gobierno «pretende utilizar a su interés, cuando ha mostrado una clara incompetencia para atajar el problema que ahora intenta resolver por la puerta de atrás».
Además, unido a la causa, el presidente de la ACEC, Juan Miguel Sánchez, se queja de que «ahora, los mandatarios quieren que seamos los asesinos de ovejas y cabras», cuando afirma que la Administración no realiza ningún estudio ni medida favorable hacia la actividad cinegética. 
En la actualidad en Gran Canaria se autoriza periódicamente el control de cabras asilvestradas, siempre y cuando se estén produciendo daños al ecosistema.

Sobre el autor