El cazador alicantino Juanvi Llobell, natural de la localidad de Jávea, ha denunciado un hecho que le ocurrió el pasado fin de semana coincidiendo con la apertura de la media veda en la Comunidad Valenciana. Tal y como ha declarado a Jara y Sedal, al menos un anticaza taló con una motosierra el árbol desde el que iba a cazar al cimbel la noche antes de la apertura de la media veda.

La caza al cimbel es una modalidad en la que se utilizan palomas adiestradas, colocadas con unas pértigas en el árbol y éstas simulan como si estuviesen sueltas, «algo completamente legal en la Comunidad Valenciana, por lo que se atrae a las otras palomas y. cuando están entradas en plaza, es cuando disparas para abatirla», explica a este medio el cazador.

Tanto Juanvi como su compañero, el día anterior, prepararon todo lo referente a esta caza: «Dejamos todo en el sitio y dejamos listos todos los detalles, saliendo del lugar a las 22:30 horas de la noche», explica. Prepararon el campo y dejaron los hilos puestos –excepto las pértigas, que económicamente son muy valiosas, y por eso no se dejan en el monte–.

«Llevábamos tres meses esperando ese momento»

«Nos fuimos a casa, nos acostamos y la sorpresa fue que, cuando llegué a las seis de la mañana, me quedé petrificado porque no sabía qué había ocurrido. Vi que el árbol estaba cortado con la motosierra, y la rabia que sentí fue monumental ya que llevábamos tres meses esperando la apertura de la media veda», relata.

«Es un sitio en el que cazamos solamente dos veces al año, y son dos jornadas con dos semanas de diferencia. Mi compañero y yo nos quedamos desolados, pero nos reinventamos y cazamos como pudimos aquel día».

Dos días antes hablaron con un vecino de la zona

Juanvi explica que «Dos días antes tropecé con una persona que tiene unos caballos fuera de la distancia de donde nosotros disparamos y le avisé de que estaríamos ahí por deferencia. Me dijo que le parecería perfecto, y al cabo de dos minutos contados me llamó por teléfono y me dijo que no estaba de acuerdo porque su mujer no lo estaba. Pero yo le había llamado para avisarle de que iba a estar de caza, no para que me diese permiso, porque ese ya lo tengo. Entonces empezó a criticarme, por lo que corté el teléfono». Dos días después se encontró con el árbol cortado.

«Gastamos más de mil euros en conservación para cazar sólo dos días y nos hacen esto»

«El pino no era un pino verde, sino que estaba quemado y nosotros lo recuperamos de un incendio. Lo trajimos desde once kilómetros hasta este lugar. Y no sólo eso, sino que nosotros labramos el campo, lo desbrozamos… en un año, para cazar solamente dos días, nos gastamos más de mil euros en conservación. Además, en la Comunidad Valenciana no nos dejan cazar la tórtola, y afortunadamente hay muchas. Solamente disparamos a torcaces… y al final hacemos gestión y conservación de la naturaleza», concluye el cazador.

Esta es la vídeo-denuncia que ha lanzado a través de las redes.

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