El Juzgado de Instrucción de Boltaña, en la provincia de Huesca, ha acordado archivar de la causa abierta contra un cazador por la muerte en defensa propia de una osa durante una batida de jabalí en el municipio de Valle de Bardají, en la comarca de la Ribagorza. Según el auto, al que ha tenido acceso Heraldo, nada indica que la muerte del animal fuera provocada, ni siquiera que se debiera a una imprudencia.

El citado medio, que ha tenido acceso al auto de sobreseimiento, señala que éste indica que el investigado «trató de proteger su vida mediante el uso del arma, ante la amenaza inminente de ser atacado por una osa que corría hacía donde él se encontraba perseguida por perros de caza». Tampoco tuvo la posibilidad de huir o salvaguardarse en lugar seguro y su actuación fue «proporcional» a las circunstancias.

Por tanto la resolución judicial, comunicada este jueves a las partes y recurrible ante la Audiencia de Huesca, considera «indudable» que el hombre no estaba habilitado para cazar el oso, pero también que «no tuvo la intención de hacerlo, sino que actúo ante una situación de peligro de la que no había sido advertido, como es esperable en cualquier ciudadano medio».

«O era ella, o era yo»

«O era ella, o era yo». Así de tajante se mostró el cazador el pasado invierno tras este fatal encuentro con la osa durante la batida. «Era una osa reintroducida en Francia que se vino a zona española y que previamente había causado problemas entre los ganaderos y habitantes de la zona», explicó a Jara y Sedal Fernando Tello, presidente de la Federación Aragonesa de Caza.

La osa Sarousse nació en 1999 y fue introducida en el Pirineo francés (Arbas) el 21 de agosto de 2006. Poco después de la liberación perdió su collar emisor y fue capturada de nuevo y reintroducida en noviembre de 2007 en Marignac. Tras tres años asentada en el Valle de Arán, la osa se desplazó al sur, al macizo del Turbón, donde se asentó en el 2010. La última vez que la osa Sarousse fue vista fue en septiembre en la zona de Espés Alto, en el municipio de Laspaúles, gracias a unas cámaras de fototrampeo.

Algunos ataques que se le atribuían a esta osa: la muerte de 70 ovejas que se despeñaron en Huesca

Atribuyen al oso la muerte de 70 ovejas que se despeñaron en Huesca
Oso pardo. /Shutterstock

A ella se le atribuía el despeñamiento y muerte de 70 ovejas en el monte Quimboa, en Ansó (Huesca). El incidente tuvo lugar hace un año, tal y como explicó Imanol Orduna, ganadero propietario del rebaño, «nos dimos cuenta de que faltaban unas 90 ovejas y que otras estaban malheridas. Llamamos al guarda del oso que, tras realizar una batida, encontró a las ovejas despeñadas y muchas de ellas ya pasto de los buitres».

Previamente, en el año 2012, también se grabó a la osa al lado de una oveja que había matado.