Como apuntábamos a finales de marzo cuando compartíamos la noticia de un cazador que consiguió grabar tres crías de gato montés recién nacidas, los cazadores somos auténticos privilegiados por poder presenciar escenas que el resto de mortales no pueden disfrutar por no estar tan en contacto con la naturaleza como nosotros. Otro ejemplo es el de de Miguel Rodríguez, que filmó en las mismas fechas un lince en una cantera de Don Benito (Badajoz).

Si ya es raro ver a un lince en libertad por lo esquivo de este felino salvaje, mucho más lo es poderlo grabar. También lo ha conseguido hacer a unos 30 metros de distancia el cazador toledano Armando Rubio Iglesias.

Este último hecho ocurrió a unos cuatro kilómetros del municipio de Mazarambroz, donde él vive: «Tener linces en tu coto de caza es un auténtico tesoro, algo que puedes contar con orgullo a personas de otros lugares», comienza explicando en palabras a Jara y Sedal este cazador. En la zona, los linces se alimentan de conejos: «Aunque la población de estos últimos ha bajado considerablemente en estos años por las enfermedades, sí que tienen comida suficiente para sobrevivir ellos solos», asegura a este medio Rubio.

Linces incluso a 100 metros del pueblo

Además, no es la primera vez que puede ver un lince en libertad, sino que los han podido observar ¡incluso a cien metros del municipio! «Hay una cantera cercana a la localidad que frecuentan los linces porque hay abundancia de conejo allí. Es un privilegio vivir junto a ellos», vuelve a congratularse el cazador.

En la zona «hay una carretera señalizada concienzudamente para cuidar a los linces; en la vía de Mazarambroz a Pulgar hay pasos para que crucen la carretera y límites de velocidad para no atropellarlos», relata Rubio.

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Tener linces en tu coto es lo mejor que te puede pasar

Tener linces es lo mejor que le puede pasar a un coto para mantener a raya a otros depredadores. Lo dicen los estudios científicos y lo avala la experiencia de algunas fincas de caza en las que se han asentado. Jara y Sedal hablaba hace meses con dos cazadores que gestionan cotos en los que los linces se han asentado para conocer su experiencia: «Es como tener un guarda gratis», aseguran. Te lo contamos aquí.