La caza de perdiz con reclamo, una de las modalidades de caza más apasionantes de esta especie cinegética, es también una de las más dificultosas. De ahí la apreciada maestría que aquellos que la practican ponen en práctica. Durante estas jornadas, también tienen lugar hechos singulares, como el que le ocurrió el pasado fin de semana al cazador Antonio Castellano Liébana, natural de la localidad jiennense de Jamilena.

Castellano practicaba esta modalidad de caza en el coto San Isidro cuando, de repente, un macho de pecho blanco se acercó al puesto: «Entró muy bien, como cualquier macho con celo que viene al reclamo, y me sorprendió muchísimo verlo así», dice sobre el emocionante instante en el que el ave accedió al lugar en el que se encontraba el cazador.

Un bonito lance a un macho sin igual

El cazador explica que «algunos cazadores de la zona cuentan que antes habían visto pájaros con plumas blancas por el lugar, pero no como este. Lo he subido a varios grupos de Facebook y ha tenido muchísimos comentarios. Fue realmente raro», expone el cazador jiennense.

El lance lo define como «muy bonito». «Se acercó sigilosamente y lo abatí tras disfrutar de su entrada al puesto», narra sobre el efectivo disparo que llevó a cabo con su escopeta semiautomática Benelli Pasión.

La perdiz con parte del plumaje blanco abatida por el cazador. © A. C.

La ciencia se ha pronunciado en los últimos años respecto a peculiaridades de este tipo en perdices. La última de ellas, abatida por una cazadora pacense hace unos meses en un coto de esta provincia extremeña, también mostraba una extrañeza de la que Jesús Duarte, experto biólogo, explicó hace unos años que existen al menos dos estudios sobre la pérdida de pigmentación de las perdices y su relación con la alimentación de éstas.

El primero de ellos fue elaborado en 2008 por expertos del Instituto de Recursos Cinegéticos; el segundo por expertos de distintos organismos. Ambos coinciden en que tanto la falta de carotenos en la dieta de las perdices como algunos problemas metabólicos relacionados con la oxidación de los pigmentos producen esa falta de tonalidad.