Un joven cazador gaditano abatió el pasado fin de semana, en un coto familiar de esta provincia andaluza, una curiosa perdiz que tenía el pecho de color blanco. Él mismo ha contactado con Jara y Sedal para relatar cómo se hizo con la curiosa pieza durante una jornada en la que, a priori, pensaba solo cazar zorzales.
Nada más llegar al puesto, el protagonista del lance cuenta que «se levantó un bando pequeño de perdices cerca», por lo que no dudaron en ir tras ellas. «Dio la casualidad de que uno de las que conseguimos abatir tenía esta particularidad», añade.
Lógicamente, la pigmentación del plumaje de esta perdiz dejó boquiabiertos a los cazadores: «Tenía las alas más claras de lo normal y el pecho blanco. Es increíble», confiesa aún sorprendido el joven.
Según ha añadido a Jara y Sedal el científico Carlos Díez, de Ciencia y Caza, «es posible que sea un animal parcialmente albino» ya que hechos de este tipo «ocurren algunas veces en la naturaleza».
Otra explicación científica sobre este tipo de este tipo de mutaciones en perdices
Jesús Duarte, un experto biólogo, explicaba hace unas semanas a Jara y Sedal que existen al menos dos estudios sobre la pérdida de pigmentación de las perdices y su relación con la alimentación de estas.
Tanto el primero, elaborado en 2008 por expertos del IREC como el segundo de 2016, elaborado por expertos de distintos organismos, explican que tanto la falta de carotenos en la dieta de las perdices como algunos problemas metabólicos relacionados con la oxidación de los pigmentos se traducen en esa falta de tonalidad en los colores rojos de patas, anillo ocular y plumaje.
Así pues, Duarte afirma que evolutivamente estos pájaros «deben tener menos éxito reproductivo al ser menos atractivos» y explica que «probablemente también tengan otros defectos».
La perdiz con un plumaje único abatida la pasada semana en Castellón
El cazador castellonense Daniel Montferrer, de 51 años de edad, se topó hace unos días mientras cazaba en mano con su compañero Héctor Boix con una genial sorpresa: una perdiz pura de montaña con una pequeña ‘mutación‘ blanca. Ocurrió en su coto social, llamado Santo Sepulcro, y ubicado en las cercanías de la localidad de Fanzara. Así nos lo contó.