Cuando Ramón comenzó a recibir mensajes que le deseaban una buena entrada en 2019 la tarde del 31 de diciembre de 2018, nunca se imaginó que estos buenos deseos se harían realidad unas horas más tarde… Al común de los mortales seguramente le sonará raro irse a hacer una espera en plena Nochevieja, cuando todo el mundo está brindando con la familia o los amigos por el nuevo año que acaba de empezar. Ramón, sin embargo, lo tenía clarísimo.

«Desde hace 13 años mi familia y yo pasamos la Nochevieja fuera de casa, en un pequeño pueblo de Valladolid. Desde luego es extraño salir de aguardo a las 00:30 del 1 de enero, pero teníamos la suerte de estar en el lugar idóneo y con ganas de empezar el año por todo lo alto, así que no lo dudé», reconoció entonces el cazador a Jara y Sedal sobre la apasionante espera que hoy volvemos a compartir.

Treinta minutos después de comer las uvas, Ramón ya estaba con el Blaser de su padre junto a su hermano Asís y su amigo Manuel esperando la llegada de algún cochino en el maizal.

Una piara aparece seguida por un gran jabalí

Ramón, instantes después de abatir el jabalí.

Antes de cumplir la hora de aguardo, una piara entró en escena. «Eran unos 10 cochinos pequeños pero, a 50 metros de distancia, les seguía un bulto mucho mayor que el resto», relata a Jara y Sedal Ramón. Con la esperanza de que fuera un buen macho encelado tras las hembras, se preparó. Colocó el rifle en el trípode, encendió la linterna y apretó el gatillo. «El impacto fue bueno y el cochino chilló a unos 100 metros de distancia», recuerda. «Si chilla seguro que es una hembra», comentó Ramón a su hermano y su amigo Manuel. Los tres se acercaron con cautela y la sorpresa fue mayúscula. Ahí estaba, un tremendo macho apoyado en sus patas delanteras y con unos colmillos de impresión, más de 8 centímetros fuera y unas amoladeras, que tal y como ha contado Ramón a Jara y Sedal, «daban la rosca entera por encima del morro».
«Estábamos ante un cochino de unos 140 kilos, el más grande que había visto y cazado en mi vida. No podía creerlo, había conseguido el primer cochino del año a 1:30 de la mañana. ¡No habían Pasado ni dos horas del Año Nuevo!», concluye Ramón. Sin duda, la suerte es para los que la buscan.

Las fotos del jabalí causan furor en Instagram

Ramón Valentín-Gamazo es la persona que se encuentra detrás de una de las cuentas de Instagram con mayor número de seguidores en nuestro país. Se trata de BigTrophy, una página que aglutina 65.000 seguidores. Nada más subir las imágenes del jabalí, el contador de likes, empezó a correr como la pólvora. A las pocas horas de hacerlo, más de 8.000 personas indicaron que les gustaban las imágenes de la captura, convirtiéndose en una de las publicaciones cinegéticas más comentadas de aquel primer día de 2019.

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