El cazador cordobés Antonio Nieto abatió, el pasado 1 de enero en un coto de esta provincia andaluza, un enorme jabalí mientras compartía junto a varios compañeros y su padre una jornada de caza en mano en su coto social. El animal tenía un trofeo que podría ser medalla de bronce, según expone el cazador, que ha narrado todos los detalles del lance a la redacción de Jara y Sedal.
Un apasionante lance con su escopeta de casi cuatro décadas
El cazador explica que se encontraban en unos zarzales al lado de un río cuando dos zorros irrumpieron del lugar y lograron abatir uno de ellos. Fue en ese momento cuando se percataron que, a tan sólo unos metros, un gran macho de jabalí se encontraba encamado.
Así saltó de una zarza a otra el macareno. «Vimos cómo el animal saltó de una zarza a otra y, en ese momento, uno de los compañeros disparó sin suerte». Había comenzado la persecución a este animal al que finalmente dieron caza, no sin sudarlo.
Los canes salieron tras el jabalí y acertó en el primer disparo. Los perros se pusieron en alerta y salieron tras su rastro: «Sentí la ladra de los perros río arriba y, de repente, se metieron en unos olivos. En ese momento, yo ya tenía la bala metida en la escopeta, y disparé por vez primera al jabalí de culo», relata sobre la primera ocasión en la que apretó el gatillo Antonio Nieto. Y tuvo éxito, a pesar de ser un disparo dificultoso, puesto que el jabalí comenzó a rodar.
La sorpresa al cobrar la pieza. Cuando cobró la pieza, el cazador «no se creía lo que veían sus ojos», ya que se trataba de un imponente macareno en una jornada que «ni por asomo creía que podría abatir una pieza así». Tras el lance, llegaron las preceptivas fotos de rigor ante el jabalí.
El arma utilizada. Lo más curioso es que, durante el lance, el cazador utilizó una escopeta superpuesta de casi 40 años que le había regalado su amigo Ángel El Gaditano.