Samuel López Benavente, de 16 años y residente en Madrid, ha tenido que dedicar varias noches junto a su padre en el coto de la sierra del Alto Tajo (Guadalajara) de su pueblo y en el que habitualmente cazan para conseguir abatir al jabalí que le quitaba el sueño. El animal, un enorme macho que ha dado 122 kilos en la báscula, iba a vender caro su pellejo. Julián López, el padre, ha grabado el lance.

Este joven cazador que ya había abatido un jabalí con escopeta en una espera por daños, trataba de hacer ahora lo mismo con su recién estrenado permiso de armas largas rayadas. El rifle que utilizaría, un Remington 700 SPS en calibre .308 Winchester, ya le había dado a su progenitor más de una alegría.

«Le habíamos visto hace un par de semanas, pero enseguida se fue de la siembra. Hace una semana lo vimos de nuevo cuando llegábamos ya al coche pero se dio la vuelta y se metió de nuevo en el monte», nos cuenta Samuel sobre el jabalí que incluso su padre trató de cazar en solitario una vez más, pero que le fue imposible.

«Mi padre me dijo que si quería tirarlo»

«El pasado fin de semana nos pusimos de espera y no entró nada hasta la una, que vimos el venado que aparece en el vídeo. Estaba con borra y era muy bonito», relata emocionado el joven sobre la espera que, a priori, parecía que de nuevo iba a ser infructuosa. Sin embargo, minutos después aparecía el gran jabalí que buscaban. «Lo miramos con el monocular térmico, vimos que era él y mi padre me dijo que si quería tirarlo».

Samuel templó los nervios, apuntó al animal mientras su padre grababa el lance y encendió la linterna. «Di la luz y ni se enteró. Se quedó quieto en el sitio», dice sobre los instantes previos apretar el gatillo.

El estruendo del disparo sorprendió a Julián como puede apreciar en el vídeo que filmó. Cuando este consiguió enfocar de nuevo la escena el jabalí yacía patas arriba.

A Samuel le parecía «pequeño»

Julián López con el gran jabalí cazado por su hijo. / S. L.

Padre e hijo se acercaron al animal ilusionados, pero Samuel aún no tenía claro que fuese el animal que tanto había soñado. «Cuando llegué a él le dije a mi padre: «¡Buah papá! ¡Parece pequeño!». Y me dijo: «¿Pequeño? ¿Pero has visto qué navajas tiene?»», relata el joven.

Según añade el protagonista del lance, el animal dio exactamente 122 kilos en la báscula del pueblo donde lo pesaron. «Después le quitamos la carne y le hemos llevado las navajas al taxidermista. Tiene seis centímetros por fuera, pero un colmillo lo tenía partido. Tenía pinta de ser un jabalí muy viejo», describe Samuel.

YouTube video

«Se lo debo todo a mi padre y mi abuelo»

Este joven aficionado a la actividad cinegética asegura que se lo debe todo a su padre y su abuelo, este último fallecido hace veinte días. «Mi abuelo cazaba la menor, pero también se venía con nosotros a la mayor y le gustaba acompañarnos. Recuerdo cuando me iba con él y los hurones. No lo olvidaré nunca».

Julián confiesa a Jara y Sedal que cuando su hijo disparó al jabalí y vio que había acertado le miró y le dijo: «Seguro que lo ha visto todo desde ahí arriba, ¿verdad?».

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