El joven Esteban Martín, de 23 años, ha conseguido dar caza al impactante corzo que sus compañeros de coto habían fichado meses atrás. Se trata del primero que rececha.
El joven cazador burgalés Esteban Martín, de 23 años de edad, cazó el pasado sábado 11 de julio, sobre las 8:45 horas de la mañana, un rarísimo corzo que tenía una extraña cuerna derecha muy corta y con múltiples puntas. El joven ha narrado a Jara y Sedal todos los detalles de un lance que llevó a cabo en el coto social de su pueblo.
El corzo, su obsesión en los últimos años
Martín ha explicado que, de los tres años que lleva en el coto, nunca había tenido la oportunidad de abatir un corzo: «Era mi obsesión. Nunca había podido cazar uno porque son muy esquivos en este coto, pero finalmente lo he logrado», asegura.
Eran las nueve menos cuarto de la mañana cuando se hizo con este animal: «Como sabéis, los corzos acostumbran a salir a primera o última hora del día, y por eso en esta jornada madrugué mucho. Ya era el último terreno que iba a mirar y lo vi. Era el raro corzo del que habían pasado imágenes mis compañeros de los meses anteriores. Ellos sí habían podido rastrearlo, pero yo no lo había visto jamás, y decidí utilizar mi precinto en él», explica.
Así fue el lance
«Me acerqué poco a poco y vi que estaba con unas corzas. Despacio fui haciéndole una entrada hasta quedarme a unos 70 metros de él, apunté con mi rifle y cayó al instante tras un certero disparo en la zona del cuello», relata el joven tras el lance realizado con su rifle Browning Long Track en calibre .30-06 Springfiled y munición Sako de 165 grains.
Cuando llegó a cobrarlo, se sorprendió aún más: «Tiene una cuerna normal pero la otra es como la palma de una mano con cuatro puntas. En total, siete puntas, cuatro de ellas totalmente deformes», describe.
Otro de los corzos más raros de la temporada en Burgos
Un cazador leonés, cuya identidad prefiere mantener en el anonimato, abatió la semana pasada en un coto social de la provincia de Burgos un raro corzo que tenía una rara malformación en sus cuernas, algo que ha decidido narrar a Jara y Sedal.
El cazador ya había tenido la oportunidad de ver al raro ejemplar durante la semana anterior, pero no pudo dispararle al estar en una zona de sembrado. «Sólo al verle la cabeza ya me percaté de que tenía un trofeo un poco peculiar, por lo que ayer por la tarde ya le hice una espera ganándole un poco de altura por si estaba en el sembrado», explica. Te lo contamos en este enlace.
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