Ángel Sánchez narra a Jara y Sedal cómo se hizo con este ejemplar único en un coto social de Zaragoza en un día en el que el viento «era de 80 kilómetros por hora».

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El impactante corzo. / A.S.

El joven cazador zaragozano Ángel Sánchez Rubio dio caza durante la pasada temporada de caza a un tremendo corzo con un trofeo de casi 180 puntos y 740 gramos en un coto social de la provincia de Zaragoza. Sánchez ha narrado a Jara y Sedal todos los detalles de un lance «único y especial», tal y como lo describe.

«Sabía que por la zona había un corzo grande porque, el año anterior, mientras iba recechando por el mismo sitio, vi uno que no pude cazar que tenía buena pinta», señala Ángel. «Me gusta andar mucho por el monte, haciendo fotos a los animales. En una de mis salidas pude ver un corzo que me salió a diez metros de debajo de un pino y lo que más me llamó la atención es que no llevaba correa, sino que iba ya limpio en pleno mes de febrero», asegura.

Por ello, en cuanto pudo acudir a cazar se fue derecho a esa zona. «Aquel día salí muy pronto, a las seis y media de la mañana, y era un día malísimo para cazar. Hacía un viento exagerado, de unos 80 kilómetros por hora. Dejé el coche dos kilómetros antes y fui a recechar primero por unos cerros altos. Entre dos luces, en la zona que había visto anteriormente, miré y entre unos pinos vi un corzo que iba con la cabeza agachada y que se metió de nuevo a la parte más sucia del monte», relata Ángel.

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Más imágenes del corzo y del pesaje de su trofeo. / A.S.

«Me quedé un rato dudando qué hacer, porque no había visto si era un corzo bueno o malo. No sabía si hacer la entrada o intentar dar la vuelta por una siembra. Decidí finalmente bajar directo e intentar valorarlo», confiesa el cazador. «Me metí por medio de los pinos con un tremendo aire y llegué a una zona de barranco y pinar, que es donde yo intuía que había entrado el corzo. Crucé el barranco, me asomé a unas rocas y me quedé un rato quieto para ver si lo localizaba». «¡Allí estaba!», nos cuenta.

Se encontraba a unos cincuenta metros, y el joven llevó a cabo un lance «rápido», abatiéndolo de un disparo en el codillo. «Me quedé impactado por la cuerna que tenía», dice Sánchez. Meses después lo llevo a la Junta de Homologación: «El corzo había perdido puntos, dando 178», explica. «No era un corzo de los raros, sino el clásico corzo bonito, con sus seis puntas, con 29 centímetros de altura, con unas luchaderas de 15 centímetros, muy perlado, abierto… era el típico corzo bonito y grande, no raro», describe el cazador.

Caza en Aragón un jabalí de 100 kilos al que le faltaba un colmillo y una amoladera

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Los cazadores tras la batida.

Hace unos meses tuvo lugar un hecho inusual para un veterano cazador de menor que jamás había tenido la oportunidad de abatir un jabalí a lo largo de su vida. Gracias al empeño de varios amigos –Ángel Sánchez, el protagonista del corzo anterior, entre otros– llevaba varias semanas acompañándolos a las batidas que han organizado en las provincias de Zaragoza y Huesca y fue el pasado domingo cuando finalmente tuvo la suerte de cazar un viejo macho de 100 kilos al que le faltaba un colmillo y una amoladera. Te lo contamos.