Era la primera vez que Adrián Puig cazaba en un aguardo con su nueva ballesta. Tenía localizado el rastro de un gran jabalí, pero no pensó que conseguiría abatirlo aquella noche.
El joven cazador alicantino Adrián Puig Alarcón, de 19 años, abatió hace unas temporadas en espera un descomunal jabalí de 120 kilos con un trofeo que finalmente dio 114 puntos. Puig ha narrado a Jara y Sedal todos los detalles de esta jornada cinegética que tuvo lugar en las cercanías de su localidad natal, Calpe, en la provincia de Alicante.
«Cuando me puse aquel día tenía muy poca experiencia con las esperas, pero al final tuve suerte», comienza explicando. «Con la ballesta también era muy novato. Era mi primera espera con ese tipo de arma. Fue una gran experiencia», asegura.
Adrián relata que alrededor de las 20:30 horas de la noche un jabalí entró al puesto. «Escuché un crujir de ramas. Sabía que podía ser uno grande que tenía localizado, ¡pero no tanto!». «Comencé a escucharlo bufar, el animal iba partiendo las ramas mientras caminaba, y entonces, me dio la vuelta al árbol donde yo estaba sentado. Cuando vi lo grande que era comencé a temblar», confiesa el joven.
«Encaré como pude con la ballesta mientras el animal soplaba y hacía el amago de irse, y dije: ahora o nunca. Disparé estando convencido de que le había dado», dice sobre el disparo. «Bajé del puesto, llamé a mi padre, lo dejamos una hora más o menos ya que era de noche y teníamos miedo de que nos pudiese atacar y, en un primer rastreo para cobrarlo, no vimos ni una gota de sangre por la zona», cuenta sobre el inicio de un pisteo que parecía complicado.
Sin embargo, poco después Adrián y su padre encontraban la flecha partida y llena de sangre. Tras seguir el rastro, dieron con el animal a unos 90 metros: «Nos dimos un abrazo por la tremenda alegría que suponía haber abatido tal jabalí en espera y, además, con ballesta», concluye el joven, que además nos cuenta que trata de difundir los valores del mundo cinegético a través de su propio canal de YouTube.
Caza con arco un zorro con un espectacular rabo
El joven Gonzalo Roca de Togores, de 22 años, no esperaba que, tras hacer la chilla durante una jornada cinegética en su finca situada en Ávila, cazaría con arco un extraño ejemplar de zorro con la cola negra. Fue hace unos meses, pero es ahora cuando recuperamos esta peculiar historia que el propio protagonista relata a Jara y Sedal.