Goretti Barceló es una chica de pueblo, presidenta de la Sociedad de cazadores de Falset (Tarragona). Escribió esta carta después de ver cómo unos animalistas llegados de la ciudad rajaban las ruedas de su coche cuando lo tenía aparcado en el monte mientras cazaba.
20/4/2017 | Goretti Barceló
Estáis enamorados de nuestra tierra, de nuestros productos, de nuestras fiestas y tradiciones. Os abrimos encantados las puertas de nuestra casa, de nuestros bosques, caminos y senderos, de nuestro patrimonio… Pero a menudo olvidáis un pequeño detalle: estáis en ‘nuestra casa’. Y en nuestra casa mandamos nosotros.
En nuestra casa las campanas repican y no se pararán por mucho que os despierten, los tractores salen entre dos luces y no lo dejarán de hacer por mucho sábado o domingo que sea, en nuestra casa se quema rama y la ropa huele a humo, en nuestra casa se sale a cazar y no nos esconderemos.
A menudo intentáis manipular la realidad, sabéis que el mensaje que estáis dando es mentira, y aun así todavía tenéis alguien que os cree, pero dejadme que os avise: en nuestra casa tenéis la partida perdida. No existe, ni ha existido, ni existirá nunca ningún conflicto, nos respetamos, valoramos y colaboramos entre nosotros, tenemos una sociedad sana, trabajadora, tolerante y respetuosa, esto sí, no estamos por juegos. Tened presente una cosa: vivimos aquí y vivimos de estos territorios, no toleraremos que nadie nos imponga una manera de vivir diferente a la que hemos elegido.
Cuando encontráis un coche de cazadores y os pasa por la cabeza hacer la gran “heroicidad” de agujerearle las ruedas, pensad un poco antes de actuar… Este coche es el mismo que va a la finca, que trae la cosecha al almacén o va a la cooperativa a buscar alimento por los animales… Estáis atacando una manera de vivir, estáis atacando a toda una sociedad. Se tiene que ser muy hombre (o muy mujer) para plantarse ante un labrador, en su casa, y decirle que es un asesino por cazar un jabalí. Se tiene que ser muy valiente y, perdonad que os diga, pero sois unos cobardes. Entráis en mi pueblo y preguntáis quién es cazador, entonces buscáis su coche y delante suyo lo destrozáis, y le explicáis que no queréis que cace, que los animales tienen sus derechos y que vosotros os habéis levantado como los defensores de los inocentes. Hacedlo a cara descubierta, y si puede ser con una cámara en la mano. Haced difusión (de esto sabéis mucho) y esperad reacciones. ¿Queréis que os anticipe que pasará?
Pues que habréis traspasado la línea, y entonces sí, la partida se habrá acabado. Pero queréis continuar jugando, porque para vosotros esto no es más que un juego, lamentablemente el trabajo escasea y la crisis os tiene a todos apoltronados ante el ordenador, seguiréis alimentando vuestra mentira, porque el trabajo de quien no tiene trabajo es perjudicar a los demás. Tenéis la oportunidad de parar todo esto, no queremos formar parte de este juego, vivimos tranquilos y queremos seguir haciéndolo. ¿Qué os estamos pidiendo? es fácil de entender: sacadnos de esta moda absurda, defended allí donde os necesiten, en nuestra casa ni lo queremos ni lo necesitamos. Si queréis respetarnos, seréis bienvenidos, no hace falta que lo compartáis, sólo pedimos respeto, pero si no, os agradeceríamos que os quedarais allí de donde seáis.
Esta es la carta que una joven cazadora de pueblo dedica a los animalistas que destrozaron su coche
