El deterioro ecológico del Parque Nacional de Cabañeros ha traspasado fronteras. La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo (PETI) ha aprobado una nueva batería de medidas para exigir al Gobierno de España una respuesta formal sobre la situación crítica que atraviesa este enclave natural, situado entre Ciudad Real y Toledo. La iniciativa, impulsada por la Asociación de Afectados del Parque Nacional de Cabañeros, responde a la inacción del Ejecutivo tras ignorar una primera carta enviada en noviembre de 2024 por Bruselas.
La decisión ha sido respaldada por el Partido Popular Europeo y Vox, mientras que el Grupo Socialista y Los Verdes han votado en contra. Uno de los principales impulsores ha sido el eurodiputado de Vox, Jorge Buxadé, quien visitó el parque el pasado mayo y denunció públicamente su estado de abandono. A raíz de ello, el Parlamento Europeo ha aprobado el reenvío de un requerimiento formal al Gobierno español y ha fijado un nuevo debate específico sobre este asunto para la semana del 22 al 26 de septiembre.
Preocupación por el silencio del Gobierno
La Comisión de Peticiones considera «inadmisible» que el Gobierno de España haya ignorado durante más de ocho meses una petición formal de información sobre el estado del parque. El Parlamento subraya que todos los Estados miembros tienen la obligación de colaborar con las instituciones europeas, especialmente cuando están en juego la conservación del patrimonio natural y las preocupaciones legítimas de los ciudadanos.
Según ha trasladado a Jara y Sedal la Asociación de Afectados, la falta de respuesta refleja «una dejación de funciones sin precedentes» por parte de las autoridades responsables de la gestión del parque. Para la organización, el abandono institucional no solo compromete la biodiversidad del parque, sino que pone en riesgo el tejido económico y social vinculado a su entorno.

Una crisis medioambiental sin precedentes
Desde la prohibición de la caza en 2020, Cabañeros ha experimentado una explosión descontrolada de ungulados, especialmente ciervos y jabalíes. En apenas tres años, la densidad de estas especies se ha incrementado un 250%, provocando la degradación de hábitats protegidos, la desaparición de la cubierta vegetal y la erosión de grandes extensiones del monte mediterráneo.
Este desequilibrio está teniendo efectos devastadores sobre la flora y la fauna del parque. Trece especies vegetales presentan daños críticos y otras nueve sufren afecciones severas. Además, se está comprometiendo la supervivencia de emblemas de la fauna ibérica como el águila imperial o el lince ibérico. Lejos de ser un caso aislado, el drama de Cabañeros simboliza un problema más amplio: la gestión ideológica y desconectada de los entornos naturales.
El nuevo debate fijado en Bruselas será decisivo para el futuro del parque. El tirón de orejas desde Europa remarca que lo que está en juego es la supervivencia de uno de los ecosistemas mediterráneos mejor conservados del continente. La conservación de Cabañeros ya no es solo una cuestión nacional: se ha convertido en un problema europeo.








