La ganadería guipuzcoana Marqués de Saka, la más antigua de Euskadi, ha sufrido un duro golpe tras verse obligada a sacrificar la totalidad de sus reses debido a un brote de tuberculosis. La cabaña, compuesta por 160 cabezas, no ha podido superar la incidencia de la enfermedad, lo que ha llevado a las autoridades a ordenar su eliminación completa.
La familia propietaria ha hecho pública la noticia a través de un comunicado en redes sociales que ha provocado una ola de solidaridad entre los aficionados a los festejos taurinos.
Una ganadería con más de un siglo de historia
La ganadería, conocida también como Toros de Lastur, tiene sus orígenes en 1897 y se encuentra en un enclave privilegiado en Deba, con vistas al mar. Dedicada a la cría de reses bravas para festejos taurinos, capeas y concursos de recortadores, ha estado presente en las fiestas de numerosos municipios navarros y vascos.

Su presencia en eventos como el Pilón de Falces, Leitza y Lesaka era habitual desde hace décadas, tanto en encierros como en sueltas de vaquillas, consolidando su nombre como un referente del sector.
Un golpe devastador para la familia
En su comunicado, la familia Marqués de Saka expresa el profundo dolor que supone la pérdida de su ganadería, fruto de generaciones de trabajo y selección. «Después de tantos años de historia, selección y lucha, nos vemos obligados a sacrificar el total de la ganadería tras no poder revertir la incidencia de la tuberculosis en nuestros animales», explican. No obstante, dejan claro que no es un punto final, sino un momento de resistencia: «Es momento de cerrar una etapa, de afrontar con coraje la situación, de tragar y llorar para coger fuerzas y volver a levantar cabeza lo antes posible».
La familia transmite su firme intención de volver a empezar y honrar la memoria de su vacada. «Aunque el dolor nos nubla por momentos, no conseguirá apagarnos. Tenemos que honrar la memoria de nuestro tesoro, de un trabajo centenario que otros comenzaron, que el aficionado de tantas épocas vivió», afirman en un mensaje cargado de emoción y resiliencia.
El apoyo de la afición, clave en este difícil momento
El comunicado también es un mensaje de agradecimiento a todos los que han acompañado a la ganadería en su recorrido. «No es la manera que nos hubiera gustado, pero sí el mejor momento para acordarnos de todos los que habéis contribuido a que nuestros animales hayan llegado a tantos pueblos. Cientos de capeas y concursos que siempre han sido una experiencia, todos los pueblos han sido nuestra segunda casa y con el corazón en la mano damos las gracias a ayuntamientos, empresas, comisiones, recortadores, aficionados y amigos y profesionales ganaderos».
La familia también destaca el legado genético de su vacada, resaltando que «lleva un rasgo claro de Casta Navarra en sus genes», una herencia que esperan recuperar en el futuro. En un mensaje de lucha, cierran su comunicado con un lema que define su espíritu de superación: «En nuestra casa rendirse no es una opción, nunca lo ha sido y nunca lo será. Si algo hemos aprendido de nuestros animales es que con bravura se pelea sin miedo al resultado, que caer solo es el paso anterior para levantarse y que rendirse es sinónimo de desaparecer».
El sector taurino ha respondido con muestras de apoyo y solidaridad, conscientes del enorme esfuerzo y sacrificio que implica la crianza de ganado bravo. Ahora, la familia Marqués de Saka afronta el desafío de reconstruir su ganadería desde cero, con la esperanza de que en el futuro, sus reses vuelvan a correr en las fiestas populares y a mantener viva una tradición que ha perdurado más de un siglo.
El brote que obligó a sacrificar 300 cabezas de ganado bravo en Toledo

Un brote de tuberculosis bovina forzó al ganadero José Montes a sacrificar la totalidad de su explotación, compuesta por 300 cabezas de ganado bravo, en Noez, Toledo. Según el criador, la enfermedad se propagó debido a la presencia descontrolada de jabalíes y corzos, que accedieron a su finca para beber agua y transmitieron el patógeno. Montes denunció la sobrepoblación de fauna silvestre en la zona, subrayando la necesidad de un control cinegético adecuado.
El problema radica en que la tuberculosis bovina actúa de reservorio en especies como el ciervo, el corzo y el jabalí, lo que facilita su expansión en entornos con alta densidad de estos animales. En la última prueba de saneamiento, alrededor del 40 % del ganado dio positivo, lo que llevó a la Administración a ordenar el vacío sanitario total, es decir, el sacrificio de todas las reses, incluso aquellas que no habían sido afectadas directamente.
Montes manifestó su frustración ante la falta de medidas para frenar la expansión de la enfermedad, argumentando que, a pesar de los controles que aplicaba a su ganado, la entrada constante de animales infectados hacía imposible evitar los contagios. El ganadero hizo un llamamiento a la Administración para que adoptase estrategias eficaces en el control de la fauna silvestre, evitando que situaciones similares se repitan en el futuro. La tuberculosis bovina, causada por la bacteria Mycobacterium bovis, sigue siendo una grave amenaza para el sector ganadero, especialmente en regiones donde los animales silvestres actúan como reservorios de la enfermedad.