La escena podría haber ocurrido hace décadas en cualquier pueblo de España, pero esta vez ha sido inmortalizada en vídeo y compartida en TikTok, donde ha desencadenado una oleada de comentarios llenos de nostalgia. Un grupo de amigos decidió gastar la broma clásica de los gamusinos a uno de ellos, Erik, y su reacción, al descubrir la verdad, ha arrancado carcajadas en redes y ha hecho que muchos recuerden su infancia en el campo.
El vídeo fue publicado por el usuario @diegovadillo17 con la frase: «Llevamos a nuestro amigo a por gamusinos por primera vez en su vida». En él, se ve a los chicos preparando la escena y animando al ilusionado Erik, que cae en la trampa sin sospechar nada. «Hemos venido con el Erik a cazar gamusinos», dice uno entre risas, mientras el protagonista responde ilusionado: «Yo quiero verlos».
Erik no sospecha nada. Se le ve cargando la bolsa donde supuestamente han atrapado a los gamusinos, sin saber lo que verdaderamente hay en su interior. Uno de los amigos juega con la expectativa: «Se los quiero enseñar». Y Erik, aún con dudas, pregunta: «¿Pero están muertos o no?». Al llegar a casa, continúa con ilusión: «Yo los quiero ver, pero que no vengan a por mí». La tensión cómica se mantiene hasta el clímax: cuando abren la bolsa y el joven descubre que todo ha sido un engaño, solo acierta a decir incrédulo: «¿Eran piedras, tío?».
La vieja broma de los pueblos
La caza de gamusinos ha sido una de las bromas más recurrentes entre pandillas de adolescentes, especialmente en pueblos donde el contacto con el campo forma parte del día a día. La víctima suele ser alguien recién llegado, normalmente de entorno más urbano, que desconoce qué son los gamusinos y se presta voluntariamente a acompañar al grupo a buscarlos al monte.
A veces, la puesta en escena incluye instrucciones absurdas, como guardar silencio, usar gorra al revés para despistarlos, o incluso cantar una especie de llamada ritual. El objetivo es hacer creer al ‘nuevo’ que los gamusinos son reales, para finalmente terminar la broma con risas y una buena dosis de compañerismo. En este caso, la teatralización fue completa, desde la salida hasta la vuelta a casa.
Este tipo de bromas eran parte del ritual de integración en la cuadrilla y hoy, gracias a las redes sociales, se están revalorizando como parte del folclore rural que aún perdura en la memoria colectiva.
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El vídeo despierta una ola de nostalgia
El vídeo no solo ha provocado risas, sino que ha generado una auténtica explosión de recuerdos entre los usuarios. Muchos han dejado comentarios recordando sus propias experiencias con los gamusinos. «Si no has ido a por gamusinos nunca, no eres de Extremadura», escribe una usuaria. Otra comparte el truco que le enseñó su abuelo: «Tenéis que poner la gorra para atrás para que se crean que os vais».
Algunos detallan sus propias versiones de la búsqueda de gamusinos. Desde Córdoba, una usuaria comenta: «Aquí tienen que decir “Ahh, ahh, ¡gamusinos al costal!”, es de principiante». Otro rememora su ingenuidad: «Con 15 años me frotaba las manos porque me decían que los compraban a 90 euros. Yo, en medio del campo a las 2 de la mañana con el saco abierto bajo un olivo».
El clip se ha convertido en un pequeño fenómeno viral, no solo por la reacción de Erik, sino por lo que representa: una tradición pícara y entrañable, que ha unido generaciones y ahora, gracias a TikTok, también a millones de internautas.
