La Sierra de la Culebra es un espacio natural y reserva regional de caza enmarcada en la provincia de Zamora en la que los ciervos más grandes de España campan libres por sus tierras salvajes. Esta sierra es conocida por ser una de las áreas de la Unión Europea con mayor densidad de lobos ibéricos. Además, es uno de los mejores lugares para el avistamiento de la fauna salvaje en España que este verano ha sufrido el peor incendio que se recuerda en décadas en nuestro país.

Por ello Jerónimo Cuesta, de Cinegetics, ha querido sacar a la luz un reportaje que acaeció durante una berrea en este espacio, en el que se hizo con el venado «más grande que he visto nunca». «No me refiero al trofeo del ciervo, sino a una musculatura de unas proporciones tremendas», explica el cazador.

Esta cacería de berrea se desarrolló en la Sierra de la Culebra en la provincia de Zamora en el año 2021: «Hoy en día los incendios acontecidos en Zamora han consumido algunos de esos irrepetibles lugares salvajes. Estoy convencido de que no volveré a ver un animal tan imponente físicamente como Lágrima Negra, el último de los grandes…».

¿Por qué lo llamaban Lágrima Negra?

Este ciervo les dio a Jerónimo y varios cazadores que lo acompañaban tres jornadas de rececho tras él. «No se caracterizaba por tener un trofeo desmesurado, como suelen ser algunos venados allí, sino porque tenía la citada musculatura fuera de lo normal; lo que tenía de peculiar era que tenía a raya al resto de ejemplares de alrededor y se escabullía con facilidad, por lo que nos supuso bastante esfuerzo conseguir dar con él con la mala suerte de que, el día que pudimos hacerlo, yo me retrasé por atarme las botas y no pude grabar el disparo», expone Cuesta. No obstante, sí pudo grabar el remate, ya que ese disparo lo dejó herido.

Tras ello, aprovecharon la carne del ciervo: «Este venado se había convertido en una leyenda, porque le habían intentado dar caza durante varios años pero no lo habían conseguido». Además, tiene una peculiaridad, que es la Lágrima Negra, ya que tenía una punta en su cuerna derecha que tendía hacia abajo, la última de ellas, y parecía que era una lágrima, como si ésta cayese; lo de negra era porque tenía un pelaje muy oscuro», añade el cazador.

Los guardas narran en el reportaje las batallas que han tenido con él y que incluso lo vieron correr en una ocasión delante de los lobos y lo perdieron de vista hasta en siete meses.

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