Decía José Ortega y Gasset que la caza se realiza “por complacencia en ella misma” independiente del resultado que se produzca. Es decir, “no se caza para matar, sino, al revés, se mata por haber cazado”.
06/09/2016 | Redacción JyS
Se trata de salir al monte, buscar la caza, preparar las herramientas necesarias, pensar en la caza, hablar de ella, etc. Es un estilo de vida marcado por un hobby. ¿Qué le dice Ortega y Gasset a quienes opinan que la caza es algo arcaico?, en parte se trata de conservar esa vertiente utilitaria –cazar para comer– en forma de práctica en nuestros días y de no perder esa esencia. Nos hace estar en contacto con nuestros orígenes. No se considera al animal como un ser pasivo, sino un ser que busca la supervivencia frente a la amenaza y el cazador imita su comportamiento, su forma de comunicación -mediante reclamos- o incluso su apariencia para poder acercarse al lugar donde abatir la pieza.
Quienes disfrutan del mundo de la caza a menudo encuentran difícil expresar el porqué de su hobby, de forma que otros lo entiendan –especialmente quienes no comparten estos gustos-. La caza no tiene nada que ver con la violencia o la agresión. Los cazadores comparten el amor por los animales. Es un poco como la agricultura o la ganadería. Las personas protegen y cuidan a sus pollos y sus plantas de vegetales, sólo para terminar de usarlos como alimento. Los cazadores apoyan la conservación de los lugares y las leyes que protegen a las poblaciones de fauna silvestre, en sitios remotos incluso de los que nadie más se preocupa, pero se sirven de algunas de las especies para experimentar la caza. Las principales reservas naturales del planeta fueron creadas por cazadores para preservarlas.
Además en la naturaleza es fácil mantenernos en forma y despejar la mente. En el monte no hay prisas, horarios ni plazos; la naturaleza mueve a su propio ritmo. La caza también ofrece una única oportunidad de interactuar y alcanzar una conexión especial con el mundo natural que no es posible a través de cualquier otro medio.
La caza por otro lado beneficia nuestra economía, proporciona fondos para la conservación y manejo de vida silvestre, contribuye a la promoción de un estilo de vida más saludable y nos conecta directamente con la vida en nuestro planeta.
